Abuso sin freno

publicado el 07 de enero de 2008 en «Milenio Diario»
columna: «la calle»

 

No, no, no: quienes hemos hablado de una dictadura de los partidos, una partidocracia y otros motes, no buscamos desaparecerlos, expresamos ira ante la imposibilidad de exigirles rendición de cuentas; indigna el abuso sin freno, como era en los tiempos del PRI hegemónico. Nuestros legisladores se devoran tres mil millones de pesos extra, además de sus salarios, prestaciones, viajes y otros gastos, sin que otro poder pueda evitarlo; legislan engendros, promueven aberraciones, decapitan instituciones prestigiadas y ningún contralor puede pararlos.

Nuestros legisladores avisan, con bombo y platillo, que se ahorrarán miles de millones de pesos al no pagar sus campañas en radio y TV, pero nos ocultan que el ahorro será sólo para sus partidos, pues no se han rebajado esa cantidad del inmenso presupuesto que se zampan. Ya enloquecidos, anuncian con anuncios que ya no habrá anuncios. Y nadie puede pararlos.

Además de ganar, mes a mes, lo que un trabajador en diez años (a ocho horas, reloj checador y sin periodos de hueva mayores a los de trabajo), todavía nos hacen pagar el manicure de sus largas uñas, millones al año para sus seguros de gastos médicos (el ISSSTE no les gusta), millones por sus seguros de vida, 200 millones para viajes. O sea que ni siquiera se gastan el sueldazo. Tenemos partidos que son florecientes negocios familiares pagados de nuestro bolsillo y una legislación, urdida por ellos, que hace de registrar un partido y desaparecerlo a la siguiente elección un negocio cuyas utilidades netas sólo supera el narcotráfico.

A eso me refiero, al menos yo, cuando hablo de "dictadura de los partidos", "La Banda de los Tres", "los pandilleros", pues no tienen por encima ningún control y, para que no levantemos quejas, nos están cortando ahora hasta la posibilidad de expresar estas críticas en los medios electrónicos, pues, aunque nos avalara un partido, no podemos tocar la honra de quienes tan poca honra tienen. En el debate democrático importan las ideas de cada candidato, pero también el demostrar la inviabilidad o tontería del contrario, y hacerlo está prohibido en la nueva legislación electoral pues causa desdoro de su abanderado. Mucho menos podemos referimos a su desastrosa función en puesto anterior: el medio que nos dé voz se arriesga a desaparecer.

La vida privada es asunto privado de quien lleva vida privada. Pero es evidente que, si nos pide el voto para gobernarnos, es de importancia pública saber si ahorcó a su primera mujer, si golpea a sus hijos o si es un mentiroso patológico. No podremos hacerlo bajo la nueva legislación protectora con que se han cubierto los secuaces entre sí, y no le podremos recordar su gobierno ni a Murat cuando se lance por la presidencia.

En una dictadura, el sistema de partidos desaparece porque el Congreso sirve al Ejecutivo todopoderoso: la diversidad social deja de expresarse porque sólo se permite la sumisión. Es el caso todavía de Cuba y el nuevo de Venezuela. En un sistema democrático, ¿quién podría enfrentar el poder con que se alza el Congreso mexicano? Los ciudadanos. ¿Cómo? Con su voto: castigando con la no reelección a quienes echan el gato a retozar de manera tan injuriosa. En las democracias los electores presentan ante su representante en el Congreso sus opiniones al respecto de asuntos en trámite. El diputado o senador que desea ganar las siguientes elecciones debe hacer, en su distrito, trabajo de convencimiento a favor de su postura, o jugarse la reelección.

Pero en México no hay reelección y ese candado ciudadano debe ponerlo... el Congreso, que se ha cuidado mucho de no ponerlo. Así, los legisladores deben su puesto sólo al partido, a este rinden cuentas y a este obedecen. Y los partidos no quieren perder los miles de millones de pesos que se embolsan al año. Esa es la orden directa a sus legisladores. De ahí que, cuando decidieron dejar de pagar tiempos en radio y TV para emplear únicamente tiempos oficiales alardearon del inmenso ahorro, tanto como 3 mil millones de pesos, en próximas campañas. Pero se cuidaron bien de no recortarse tan jugosa tajada. Ahora tienen 3 mil millones más para pintarse las uñas.

TLC

La ultraderecha gringa y la "izquierda" mexicana exigen lo mismo: derrumbar el TLC que en 15 años nos hizo pasar de balanza comercial deficitaria a país exportador con balanza favorable en más de 60 mil millones de dólares. ¿Quiénes son los traidores?

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

0 animados a opinar:

 

 

ÍNDICE DEL BLOG

milenio diario

la crónica de hoy

la jornada

revistas

misceláneo

 

etiquetas:


pasaron por aquí


la plantilla de este blog es el "pizarrin" donde, durante sus ratos de ocio, eltemibledani hace sus pininos modificando el xhtml fuente.

páginas vistas

desquehacerados