Acabaremos con el VIH... parece

publicado el 18 de noviembre de 2007 en «Milenio Diario»
columna: «se descubrió que...»

 

Se llama KP-1461 y está todavía en fase experimental, pero en tejidos elimina por completo el VIH, virus causante del sida. La nota de John S. James para AIDS Treatment News afirma que a primera vista parece una droga de ciencia ficción y le costó trabajo tomarla en serio, pero su entrevista con Stephen Becker, médico y principal investigador en el área de sida para Koronis Pharmaceutical, en Seattle, cambió por completo su opinión. "De hecho es una droga de alta credibilidad, basada en un elegante diseño científico que se remonta a cuando menos 25 años." En el segundo trimestre de 2008 se pondrá a prueba en humanos.

Las enormes expectativas surgen porque, a diferencia de la veintena de antivirales acumulados desde el AZT hasta los novísimos inhibidores de la integrasa, KP-1461 no deja rastro alguno del virus. La historia científica, dice James, comenzó cuando Mansfeld Eigen, quien ya había ganado un premio Nobel por otro trabajo, aplicó sus conocimientos de química y matemáticas a problemas de biología, y luego con Peter Schuster y otros desarrolló el concepto de cuasiespecie. ¿Qué es eso? La evolución darwinista estándar predice que el linaje más ajustado de un organismo, el que se reproduce más rápidamente en un medio ambiente dado, desplazará allí a otros linajes.

Pero, y éste es el gran "pero", un virus como el VIH se comporta de otra forma. Para empezar, está siempre mutando y puede ir hacia atrás y adelante entre diferentes linajes; esto es, puede regresar a cepas anteriores o cambiar hacia cepas totalmente novedosas. O sea, el pinche diablo, pues. Esta fantástica tasa de mutación viene de un defecto que le cae como anillo al dedo, y es su pésima maquinaria reproductiva, digamos. El resultado es espantoso: en un paciente con sida avanzado (no en un seropositivo simple, que puede estar perfectamente sano: y ésa es la mayor diferencia entre el VIH/sida y otras enfermedades) el VIH existe en forma de millones de linajes relacionados, pero diversos. De ahí también la aún invencible dificultad para producir una vacuna. Pues bien, es posible que un solo tipo, una cepa, haya sido la adquirida por infección, para luego evolucionar dentro del mismo individuo en incontables variantes ligeramente distintas.

Eso es precisamente lo que hace difícil de controlar el VIH y exige combinaciones de tres o cuatro fármacos, cambios de combinación cuando una deja de ser efectiva y atención constante a exámenes de laboratorio para patrullar el estado del sistema inmunitario y la carga viral o número de copias del virus por mililitro de sangre.

Aplicando el concepto de cuasiespecie, podemos decir que algunos miembros de las cuasiespecies probablemente ya presentan mutaciones resistentes a cada nueva droga hasta por simple azar y sin que haya sido necesario desarrollar esa resistencia: entre esa inmensa variedad habrá alguna cepa que es resistente a drogas que nunca ha enfrentado. Así que resulta seleccionada y se vuelve prevalente, mayoritaria, antes aún de que se inicie el tratamiento con esa nueva, maravillosa... y carísima droga. Por eso cada combinación se prueba con exámenes antes de darla por efectiva.

Así es como se logra controlar por años el virus: un buen especialista salta con rapidez de una combinación que comienza a perder filo. Ahora hay pruebas que permiten detectar cuál de las drogas en la combinación es la ineficaz, y no se descartan las otras, sólo se sustituyen eslabones débiles a la cadena. Con estas terapias pasó el sida a ser una enfermedad crónica.

Pero las cuasiespecies no siguen las reglas evolutivas bien conocidas desde Darwin. "Por ejemplo, es posible que el linaje de más rápida reproducción sea reemplazado enteramente por linajes cuyos individuos se reproducen más lentamente, pero están mejor ajustados como cuasiespecie". Así que "una forma de atacar una cuasiespecie en conjunto es incrementar su ya alta tasa de mutación, llevándola así a una ‘catástrofe por error’ y al colapso de la población entera".

KP-1461 pertenece a la familia del viejo conocido AZT, entra a la célula que ataca el virus y allí se modifica en una forma activa llamada KP-1212, que reemplaza una de las cuatro bases que forman nuestro ADN y la famosa doble hélice del genoma: adenosina, citosina, timidina y guanina.

KP-1212 puede reemplazar la citosina cuando el virus está construyendo una nueva copia, con lo cual la cadena de su ADN queda inconclusa. Hasta ahí se parece al AZT, 3TC y otros llamados por eso "análogos de los nucleótidos". Pero el KP-1212 es una molécula flexible que también puede parecer timidina (que se aparea con adenosina). Esto introduce un error que es luego fijado en el ADN viral. El resultado es en algún momento una catástrofe por error que arrasa la cuasiespecie completa... Al menos así ha sido en pruebas de laboratorio.

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

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