El PRD vuelve a su madriguera

publicado el 11 de junio de 2007 en «Milenio Diario»
columna: «la calle»

 

No ven más allá de sus narices, no creen ni en su propia encuestadora, se arrullan con halagos mutuos y acaban al enemigo con epítetos, insultos y cuchufletas... que se autocelebran a carcajadas, nomás ellos, ellos solitos. Y siguen tan campantes perdiendo puntos en el mundo real. El ejemplo más desolador lo acaba de ofrecer en Guadalajara Rosario Ibarra, senadora por el PRD, elegida, sin fraude, el mismo 2 de julio del "fraude": sobre una tarima y ante la curiosidad de los paseantes "tomó protesta" a un "Congreso Ciudadano de Jalisco" (CCJ), surgido de la nada. Como hubo banda musical y era domingo, la gente se acercó, "pero luego de cuatro canciones se anunció la toma de protesta del CCJ, y las familias que disfrutaban de una tarde de domingo se fueron", dice la crónica de Rocco Palomera en Público Milenio.

En su turno la madrina del acto, Rosario Ibarra, objetó la campaña contra el narcotráfico emprendida por el gobierno federal, "ya que sólo utiliza como escudo la fuerza verde y los grisáceos (el Ejercito y la Policía Federal Preventiva aniquilados por el adjetivo) contra el propio pueblo pues él (el presidente Calderón) sabe que no es el presidente, sino el espurio como todos lo conocemos...": el PRD jugando a las comiditas, los congresitos y los presidentitos. Ibarra felicitando imaginarios jaliscienses que nunca estuvieron allí.

Llama la atención principalmente una certeza de la senadora Ibarra: que "todos" conocemos a Felipe Calderón como "el espurio". En lo personal, no conozco a nadie, absolutamente a nadie en mi extensa familia, hermanos, primos, tíos, sobrinos, ni entre amigos o simples conocidos que lo haga. Pero la senadora afirma que "todos" usamos la expresión que a ella le gusta, y lo afirma con la calidad moral de quien es colega, en el Senado, de un José Guadarrama, hoy senador por el PRD, y apenas ayer acusado por el PRD de mandar asesinar campesinos perredistas y de ser el alquimista que organizó para el PRI, su partido de toda la vida, los fraudes de Michoacán e Hidalgo contra el PRD. Así es esto de los principios de Ibarra... y si no nos gustan tiene otros.

Esquizofrenia pura: Rosario Ibarra pasa sin inmutarse sobre las encuestas que señalan la amplia aceptación, por la inmensa mayoría de los mexicanos, de la guerra contra el narcotráfico y la delincuencia organizada; desea olvidar (o ignora porque sólo lee prensa afín) que las acciones del Ejército las aceptan no únicamente los gobernadores del PAN, sino los del PRI y aun los del propio PRD. Ni siquiera sus gobernadores pueden incluirse en el "todos" que según esta señora repudian la presidencia de Felipe Calderón. Ibarra cobra su altísimo salario en el Congreso real, pero amadrina un "congresito" espurio en Jalisco, y fulmina a las autoridades que, como ella, sí fueron elegidas, aunque a muchos no nos gusten. Una esquizofrenia oportunista en la que el enfermo inventa su realidad, pero cobra en ésta: mal de los perredistas con menos luces, como ella.

Ibarra de Piedra comenzó por inventar un hijo heroico. Pero Jesús Piedra no era monaguillo: participó en asaltos bancarios y en el secuestro y asesinato de quienes, según la guerrilla, merecían morir. Allí comienza la tragedia de esta madre en conflicto: el hijo real no fue sino ejemplo de esa inmensa soberbia que hizo a tantos declararse salvadores de un pueblo que jamás les pidió ayuda. La guerrilla se declaraba vanguardia del pueblo porque eso decían sus manuales y eso dictaba la vanidad juvenil, hoy la demencia senil.

La forma en que murió Jesús Piedra sí que fue "guerra sucia", la verdadera: los guerrilleros aprehendidos en combate no eran entregados a la justicia, como exige la ley, sino torturados para sacarles informes. Así murieron muchos. De ahí el nombre "guerra sucia". Indigna por eso que familiares directos de quienes la padecieron abaraten ahora y frivolicen el término al emplearlo para descalificar cuanto señalamiento negativo se les haga.

Quien lleva tantos decenios extraviada de la realidad no encuentra contradicción alguna entre bendecir un "congreso" designado entre cuates y ser colega en el partido y en el Senado de José Guadarrama; entre insultar a un Presidente que cuenta, ahora, con la aceptación de casi un 80 por ciento de los mexicanos y seguir prendada de un ex-candidato que una mayoría similar de mexicanos califica como "desesperado" y "fuera de sí". Ni cómo ayudarla.

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

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