El lenguaje determina lo que vemos

publicado el 19 de febrero de 2006 en «Milenio Diario»
columna: «se descubrió que...»

 

Es famoso el ejemplo de que en ciertos lenguajes esquimales hay hasta ocho palabras para designar lo que en español llamamos simplemente "nieve" y en inglés "snow". El griego moderno, idioma de un pueblo que vive en el mar, tiene palabras para el mar que llega a las rodillas, el profundo, el abierto, el más abierto, el que tiene islas y el que no. En las discusiones políticas vemos con frecuencia cómo se agrian las diversas posturas porque cada una asigna significados distintos a una o varias palabras clave. Lo que para unos es insulto, para otros es elogio.

Que nuestro lenguaje afecta lo que vemos ha sido puesto a prueba una vez más por investigadores de la Universidad de California en Berkeley y de la Universidad de Chicago. Los estudiosos han debatido largamente si el lenguaje nativo afecta la manera en que percibimos la realidad, y por ende si hablantes de diferentes lenguajes ven el mundo de manera diferente. El tema ha sido muy controvertido. Ahora un ensayo publicado este mes en los Proceedings of the National Academy of Sciences, apoya esa idea, pero con un giro.

El ensayo sugiere que el lenguaje afecta la percepción en la mitad derecha del campo visual, pero mucho menos, si acaso, en la mitad izquierda. Los autores son los primeros en proponer que el lenguaje puede modelar sólo la mitad de nuestro mundo visual. Comenzaron por observar que la función del habla se procesa predominantemente en el hemisferio izquierdo del cerebro, mismo que recibe la información visual del ojo derecho. "Así pues, tendría sentido que los procesos de lenguaje del hemisferio izquierdo influyeran más la percepción del campo visual derecho (que se procesa en el hemisferio izquierdo)...", dice Terry Regier de la Universidad de Chicago y quien propuso la idea.

El equipo confirmó la hipótesis por medio de experimentos diseñados y conducidos en el laboratorio de Richard Ivry en la UC Berkeley. Para el caso se emplearon pacientes cuyos hemisferios cerebrales habían sido separados quirúrgicamente (por motivos ajenos al experimento). La unión de los hemisferios la establece el cuerpo calloso, un grueso haz de fibras neurales que intercomunican ambos hemisferios. El cuerpo calloso había sido cortado y así cada hemisferio funcionaba con independencia.

Puesto que en inglés (español y muchas otras lenguas) hay dos palabras distintas para los colores azul y verde, pero no en tarahumara, que tiene una sola palabra para todos los tonos del azul al verde, ya un estudio anterior había mostrado que quienes hablan inglés o tarahumara perciben los colores de forma diferente: quien habla inglés (y de seguro también el hispanohablante) encuentra más distintos los azules y verdes que los tarahumaras. Así que la nueva investigación presentó ahora los colores ya fuera al campo visual derecho o al izquierdo de personas cuyo idioma nativo fuera el inglés o el tarahumara.

Se mostró al grupo experimental un círculo formado por cuadros de un mismo color, con excepción de uno de ellos, que podía ser de otro tono o de otro color. El cuadro distinto podía aparecer del lado derecho o izquierdo del círculo. Se pedía a los participantes que indicaran, con botones de un tablero, en qué lado del círculo estaba el cuadro distinto. Los investigadores descubrieron que los participantes respondían con más rapidez cuando el cuadro distinto tenía un color con nombre distinto, como ocurre en inglés, azul, por ejemplo, dentro de un círculo de cuadros verdes, o viceversa, que si sólo mostraba un diverso tono del mismo color. Era como si la diferencia lingüística hubiera elevado la diferencia perceptual; pero eso ocurría solamente si el cuadro distinto se presentaba en lado derecho del campo visual y no en el izquierdo. Como predecía la hipótesis.

Observe usted que este artículo no podría ser traducido al tarahumara porque no habría cómo distinguir con palabras un color del otro. Lo extraordinario, es que, si no hay la palabra, tampoco hay la percepción.

Gilbert Aubrey, Terry Regier, Paul Kay, y Richard Ivry, "Whorf Hypothesis is Supported in the Right Visual Field but not in the Left". Contacto: William Harms, University of Chicago.

Desde el abismo

Estupendo el último número de la revista REPLICANTE: Bukowski, Céline, Mishima, Kavafis y muchos más que dan sentido al título general: "Narrativas y poéticas desde el abismo". Inusitado desde la excepcional portada.

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

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