¿Recuerda usted al cardenal Marcinkus?

publicado el 22 de septiembre de 2003 en «Milenio Diario»
columna: «la calle»

 

El cardenal Paul Marcinkus, director del Banco del Vaticano, debió huir a Estados Unidos en 1990 para librarse de la ley italiana. Como principal inversor de un banco ligado a la Santa Sede, el Ambrosiano, el cardenal era sospechoso de la quiebra fraudulenta de éste, dirigido por un Roberto Calvi, apodado El Banquero de Dios, que un día de junio de 1982 apareció ahorcado bajo un puente del Támesis... con la ropa llena de ladrillos. "Suicidio", dictaminó la policía; "ni madres", respondió la familia, y exigió reabrir el caso. Resultado según reportes de Reuters y AFP en 2002: al menos cuatro personas estuvieron inmiscuidas en el homicidio. La Mafia y la Camorra asesinaron a Calvi por pellizcarle a un dinero que le habían entregado... para lavarlo. ¿Y qué hacía Calvi en Londres? Había huido de Italia luego de quebrar el Banco Ambrosiano, a cuya dirección llegó con la ayuda del cardenal Paul Marcinkus, nacido en Chicago, de familia polaca, y gran amigo personal del Papa. Pregúntenle a la policía italiana si ha investigado o no a un cardenal.

Calvi y el cardenal Marcinkus tenían un gran amigo en común: Michele Sindona, banquero envenenado con cianuro en prisión. Como ven, lo de la PGR no es nada:

1. Nadie ha acusado al cardenal Juan Sandoval. Hay una investigación, es todo. Los nexos del cardenal, aceptados y reconocidos por él mismo, con un promotor de casinos llamado José María Guardia, y otros indicios en poder de la PGR, hacen del señor cardenal un objetivo, ya que levantó en sólo año y medio, según sus propias declaraciones a los medios, un par de iglesias en Ciudad Juárez, hogar de narcos piadosos. Se incluyen, en la investigación de cuentas, las de su "santa madre que nunca pisó un banco", porque nadie acusa al cardenal de tonto: se investiga si recibió narcolimosnas ad majorem gloriam Dei. Quizá no.

2. El señor Guardia, cuya amistad el cardenal no niega, está en problemas con la ley por habérsele ido la lengua en entrevista a MILENIO; gestionó, según él mismo, algunos de los viajes papales a México e hizo de mediador entre su amigo Fidel Castro y la Iglesia católica. Al respecto nos recuerda Raúl Trejo (La Crónica, 19.IX) las benévolas menciones de Fidel al cardenal tapatío y al amigo de éste, el señor Guardia, y que la Cuba de los amores entre tan disímbolos personajes "en numerosas ocasiones ha sido mencionada como lugar propicio para ese delito (lavado de dinero) y otros similares".

3. Resulta extraordinario que el jefe de Gobierno del DF, Andrés Manuel López Obrador, descubra por iluminación la inocencia del cardenal (a quien nadie ha acusado todavía), en un acto más de su repulsivo oportunismo político. López no es juez ni agente del Ministerio Público ni tiene en sus manos el expediente del caso (¿o sí?); así que está, como todos estamos, a lo que un juez sentencie. El cardenal es inocente mientras no se le pruebe lo contrario. Obvio, López.

4. Pregunta elemental: ¿A quién benefició la filtración de un caso que por ley debió permanecer secreto en su etapa preparatoria? A dos personas: una, el cardenal Juan Sandoval, y otra López Obrador, porque se trepó al carro. Al cardenal porque ha logrado que en todos los medios, incluido éste, haya quien lo considere por encima de toda sospecha: inimputable, como los niños. Quienes sostienen que hay ciudadanos a los cuales no es dado ni siquiera investigar, deberían entregar a la PGR esa lista de intocables para que el general Macedo no pierda el tiempo, pues.

Que la filtración se dé a un diario conservador y éste conceda la publicación, ¿sugiere algo? Es pregunta.

Tampoco resulta creíble la ineptitud de los abogados del señor cardenal, quienes anuncian que llevarán el caso a las Naciones Unidas sin prever, o previendo muy bien, que la ONU estará obligada a declarar que el caso no es de su competencia. Pero ruido ya hicieron y el escándalo tomó dimensión mundial.

Muy previsor, el cardenal adelantó que la PGR sólo podría encontrarlo culpable si le sembraba pruebas. Fue como esos "fraudes electorales" que el seguro perdedor de una contienda anunciaba con antelación y bombo y platillo.

A López Obrador y al PRD les conviene todo lo que descarrile al gobierno de Fox. Y nada mejor que un serio conflicto con la organización religiosa mayoritaria.

Por supuesto que la regla falla y no siempre el heredero de una fortuna es el asesino del muerto. Pero la investigación del beneficiario inmediato de un delito, en este caso una filtración a los medios, es siempre ineludible. La filtración beneficia al cardenal porque alarma al presidente Fox, siempre atento a las encuestas de popularidad; y a López Obrador porque se mete bajo el reflector para absolver.

5. Es posible que el cardenal sea inocente de lavado de narcolimosnas; pero hay otros delitos que acaba de cometer, en público y sin defensa alguna: llamó a Jorge Carpizo "asesino" y otras vilezas bien tipificadas en el Código Penal. En donde la ley impera, que no es el caso de México para suerte del arzobispo tapatío, esa palabra produce una inmediata réplica ante los tribunales.

6. Al parecer, el cardenal afirma que Jorge Carpizo, como procurador general de la República, mandó matar al cardenal Posadas. Pero la nación entera tiene a su disposición las investigaciones realizadas por seis procuradores, seis, durante 10 años: Jorge Carpizo, Diego Valadés, Humberto Benítez, Antonio Lozano Gracia (del PAN), Jorge Madrazo y ahora el general Rafael Macedo de la Concha, bajo el mando de un católico practicante: el primer presidente panista. Seis investigaciones revisadas y vueltas a revisar. De la parte del supuesto complot para matar al cardenal Posadas, tenemos a una ex funcionaria, Lima Malvido, que reconoció cómo sus esbirros golpearon, ataron y encajuelaron a un pobre sujeto por un asunto de tránsito; testigos sacados del hampa, testigos en abierta contradicción de todos contra todos. Sólo eso. O un complot narco porque el cardenal Posadas encogió el encargo, como el director "suicidado" del Banco.

7. ¿Qué falta por investigar? Mucho: los fondos con los que Posadas levantó el lujoso seminario de Tijuana; las actividades del curita Gerardo Montaño, a quien se le comprobó la falsificación de un acta de nacimiento para dar coartada segura al Arellano Félix implicado en la balacera donde perdió la vida el cardenal.

8. El 4 de mayo de 1998, el comandante de la Guardia Suiza, la guardia personal del papa, Alois Estermann, y su esposa Gladys Meza Romero, fueron asesinados en su propia residencia dentro del Vaticano por el joven cabo Cedric Torney, quien luego se suicidó. La esposa era colombiana... Se habló de amores homosexuales, se habló de droga. Pero, como en la quiebra bancaria y el cardenal Marcinkus, el Vaticano impidió la investigación. ¿Impedirá ésta?

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

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