La sexualidad "no" es un continuo

publicado el 29 de noviembre de 2015 en «Milenio Diario»
columna: «se descubrió que...»

 

Los interesados en las preferencias sexuales sabemos, como dato fundacional, que en 1948, con encuestas aplicadas por millares en todo Estados Unidos, Alfred Kinsey descubrió que heterosexualidad y homosexualidad no son sino los extremos de una escala con todas las variedades del gris: el hombre al que atraen nada más las mujeres, o heterosexual (perdonen, pero he visto programas de tv donde mucha gente no sabe qué es eso), recuerda haber tenido en la infancia alguna experiencia con otro niño. La primera escala estudió varones: Sexual behavior in the human male. Cinco años después apareció su equivalente femenino. Son muy diversas.

En la escala de Kinsey los varones se acomodan del 0 al 6, desde jamás tuvo ningún juego sexual con otro varón, ni en broma, hasta jamás ha tenido relación erótica con una mujer, nunca.

Kinsey descubre algo asombroso, sobre todo recién concluida la Segunda Guerra Mundial, y es que los varones tienen diversos grados de contacto erótico: el 50 por ciento no es exclusivamente heterosexual durante su vida; el 37 por ciento ha tenido por lo menos algunas experiencias homosexuales que han llegado al orgasmo; el 25 por ciento tiene experiencias homosexuales prolongadas; el 18 por ciento tiene tanta actividad homosexual como heterosexual durante al menos tres años; 13 por ciento tiene más relaciones homosexuales que con mujeres; 12 por ciento es exclusivamente homosexual durante al menos tres años o toda la vida. Y esto en años de traje, corbata y sombrero; mujeres de faldas amplias que anuncian cocinas y aspiradoras.

Yo nunca he estado convencido. Es verdad que hay sociedades más permisivas, las mediterráneas lo son y con ellas la mexicana. Los hombres pueden aceptar una relación homosexual por simple calentura inaplazable, por urgencia económica y hasta por probar o por juego. Lo sé y me consta. En Egipto, cuando tenía 30 y pico de años, en un camión urbano repleto, y sólo de hombres (país musulmán), casi me arrancan el pantalón vaquero... Aláhu akbar!

No hay diferencias hormonales en la orientación sexual, tampoco educativas. Se han descubierto leves variaciones genéticas: gemelos idénticos casi siempre tienen misma orientación sexual, pero no hay explicación para ese casi.

Es claro que, dicho en términos científicos, a cualquiera se le para, y no se enamora. El que se enamora es homosexual. Punto final.

Investigadores de la Washington State University, de forma menos práctica que yo, han concluido que, a pesar del continuum de Kinsey, hay una distinción categórica entre personas que son heterosexuales y las que no lo son. Los resultados los publicaron este 19 de noviembre en el journal Psychological Science.

El equipo "usó un método estadístico llamado taxometría, desarrollado específicamente para determinar si la gente se distribuye en un espectro [un continuo] o si es parte de grupos significativos, los taxones".

Los investigadores encontraron gente "cruzando umbrales" entre una categoría y otra, sin que el diseño del estudio permitiera conocer los motivos, pero que lo hagan dice a los investigadores que deberían buscar fuera de la hipótesis del continuo. Una conclusión definitiva es que la homosexualidad no es un estilo de vida. Gente que emplea ese término o el de "elección" está negando "que se nazca de esa forma".

Los hallazgos del equipo van contra la noción de "terapia de conversión" que supone mover a una persona a lo largo de un continuo hacia la heterosexualidad. "Más bien, los resultados taxométricos establecen un grupo heterosexual bona fide. Y otro que no es un continuo sino un ensamblado, personas unidas por su orientación hacia el mismo sexo, pero que pueden reflejar diversas identidades sexuales". Hum... ¿dónde firmo?

No existe una comunidad, diríamos en lenguaje cotidiano, hay identidades muy diversas entre quienes muestran orientación hacia su propio sexo.

Como tantas veces, la ciencia y sus estadísticas nos descubren el hilo blanco (el negro es más difícil): hasta los bares gays muestran enorme variedad: osos, leathers, vaqueros, monines, sucios, perfumados, camisetas rotas, modelito entallado...

Para ilustrar el tema: El vino de los bravos (y unos tequilas), cuentos, Planeta.

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

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