Los 43: lo posible y lo real / I

publicado el 18 de septiembre de 2015 en «Milenio Diario»
columna: «la calle»

 

¡Ya no sé a quién creerle!", exclama el taxista que me lleva. "Todos mienten".

En el crimen de Ayotzinapa hay datos firmes, no negados por nadie, le respondo: siga ese cordel y saldrá. 1. Las declaraciones de los normalistas sobrevivientes (casi un centenar) por las que sabemos que a) eran de primer ingreso, b) en la novatada los habían rapado, c) la asamblea de Normales les ordenó (seguía la novatada) aprender a secuestrar autobuses. Alumnos de grados superiores serían sus instructores, uno el conocido como El Cochiloco. Cometerían "robo de uso" para trasladarse al DF y unirse a la marcha por el 2 de octubre, d) eso explica su llegada a la central de autobuses de Chilpancingo y que anduvieran por ahí wanderiando (crédito a Gustavo Hirales por el neologismo): si veían policía seguían de largo, si no, robaban otro autobús.

El trato cruel a los choferes y pasaje obligado a perder su boleto está reportado por el purísimo Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, GIEI. Ni duda.

2. Según los normalistas sobrevivientes, El Cochiloco ordenó desviarse a Iguala, donde Ayotzinapa mostraba sus enojos: un año antes había reventado el informe de la esposa del alcalde, María de los Ángeles Pineda, acerca de cuántos frutilupis repartió su DIF. En 2014 no iban a eso porque ya el acto habría terminado cuando llegaron. El alcalde de Iguala, José Luis Abarca, ordenó a la policía municipal a su cargo, corrompida por él y su esposa, capos de Guerreros Unidos, apresar a los jóvenes. ¿Por qué?

Dato indudable: Abarca resolvía los conflictos internos del PRD, partido que lo había hecho alcalde con apoyo de López Obrador y del gobernador perredista, a balazos. Unas veces dando la orden, otras por su propia mano. René Bejarano, a.k.a Lázaro, lo había denunciado ante el procurador Murillo Karam. La dama nomás propinaba bofetones a sus subordinados.

Dato indudable: la noche más triste comenzó con la orden de Abarca a su policía de apresar a los normalistas. Declara Sidronio Casarrubias, capo de Guerreros Unidos: supo que los normalistas eran del cártel contrario, Los Rojos, y ordenó matarlos. (Continúa el domingo).

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

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