La propuesta de crear una Secretaría de Cultura es similar a los aumentos quintu y decuplicados a las universidades públicas en tiempos del presidente Echeverría. Éste había heredado un conflicto con universitarios, politécnicos, intelectuales, artistas y similares, el peor en el siglo XX. Entonces se dedicó a comprarlos. Que iba de gira a Francia... "Ahí va un avión cargado de... cargado de... escritores, pintores y teatreros". ¿Quieren cine? A'i ta. Quien hubiera firmado a favor de los estudiantes vio llover en su milpita. Repartió embajadas, agregadurías culturales, direcciones.

Ahora es el turno del presidente Peña Nieto, incómodo con la intelectualidad desde que no recordó "tres libros que le hubieran cambiado la vida". Bueno, pues yo tampoco los tengo. No me sorprendió Peña, me aterró su falta de tablas para salir del paso. "Ninguno", era la mejor respuesta. Ahora ya le inventan que no supo tres títulos: "Las redes sociales dan derecho de hablar a legiones de idiotas que antes hablaban sólo en un bar sin causar daño, pero ahora tienen el mismo derecho que un premio Nobel. Es la invasión de los imbéciles": Umberto Eco.

Fox soltó en plena sesión ante el rey de España, y con botas de charol, un elogio del gran novelista José Luis Borgues. Lo destazaron. Pero ninguna de las hienas cultas señaló la pifia novelista: conocían el nombre, no la obra. Luego su mujer nos asestó aquella "Gran Rabina Tagora" (y el 9,999 por 10 mil de los carcajeantes no supo a quién quiso citar la zamorana). Y no les digo, hum.

Peña mete la pata otra vez, ahora con torpedo al erario. La cultura es todo lo que hacemos los seres humanos: escribir cartas o novelas, Coelho o Rulfo, cantar en la regadera o en Bellas Artes, hablar, echar tortillas a mano o hacerlas en prensa, tejer chambritas para bebé, comer y cagar. Pero hemos dado en llamar "Casa de la cultura de X" a un lugar donde se dan conferencias, hay clases gratuitas de pintura y pláticas con escritores. Es aberrante creer, como tanto intelecto, que cultura significa ópera, música sinfónica, teatro de Brecht, premios de poesía, becas para pintores y escritores, becas, becas, becas. Las hay para intelectuales con tanto dinero que ceden su beca al amor de su corazón.

La SEP ha hecho tirajes de cien mil ejemplares en su colección Lecturas Mexicanas, la UNAM tiene Material de Lectura. Hasta Tequila Cuervo tiene festival de ópera en Tequila, Jalisco, a cargo de un joven y brillante Vladimir Gómez... sin apelar al erario ni a la Federación.

Como Echeverría, Peña quiere comprar intelectuales idiotas (los hay, no es oxímoron). Y en pleno ajuste de presupuesto propone tirar carretadas de dinero en los intelectuales. Ya tenemos Bellas Artes, Conaculta y los departamentos de Difusión Cultural de la UNAM, el IPN y cien universidades.

Pero también Hacienda es cultura, Salubridad es cultura, Gobernación es cultura y la Defensa es cultura, ya no digamos la SEP: son las secretarías que atienden lo que la cultura dicta en medicina, educación, uso de armas y manejo de aviones militares o civiles.

El Nuevo Elefante Blanco tendrá a su mando un capitán cabecilla de críticos de Peña Nieto que no dejarán de compartir el video del Informe presidencial donde 5 segundos son inolvidables por metafóricos: Peña deja la banda presidencial doblada... y se le resbala. Alcanza a atraparla, pero ya son 5 segundos virales. ¿Nadie vio eso? ¿No hubo un director, un productor, un editor, editor, editoooor que cortara? La primera medida cultural es despedirlos a todos. Y es más barata que una Secretaria de Cultura con la que Peña no comprará sino nuevas risas. Y el presupuesto tendrá otro gran agujero para el alpiste de los pavos reales.

Recuerden los eximios postulantes a becas: todos somos ex simios.

Y hablando de cultura:

DE: Taza de café, copa de vino, botella de tequila, costal de cemento, plato de mole, cartón de cerveza y así vaso de agua: todo lo que está lleno se expresa en español, hace mil años, con la preposición DE. Como glass OF water.

la talacha fue realizada por: eltemibledani