El odio

publicado el 11 de abril de 2011 en «Milenio Diario»
columna: «la calle»

 

Dos de los hombres más leídos en México, Enrique Krauze y Héctor Aguilar Camín, con distintos matices, se han referido en la última semana al odio que trasudan los medios escritos, la Internet, las redes sociales, los comentarios en línea a quienes escribimos en la prensa.

Tienen razón: basta asomarse a los comentarios contra quienes no comulgamos con el mayor productor de odio en México, Manuel Andrés López Obrador: hay espumarajos, bilis negra y sobre todo amarilla, insultos sin referencia alguna al texto, todos los comentaristas no secuaces de Manuel Andrés recibimos sobornos, no es posible que no creamos en Él, que nos preguntemos de buena fe de dónde ha sacado fondos para cinco años de campaña presidencial y para realizar lo que pregona en sus mítines recientes: 2038 municipios recorridos, 148 000 kilómetros, 2 millones 200 mil representantes. Como puso de moda preguntarle a los políticos corruptos: ¿Quén pompó? Añadamos gastos de su vida cotidiana y su familia con tenis de 14 mil pesos.

Nada tiene de raro el odio en sus secuaces cuando el propio Mesías acusó a sus representantes de casilla de haberse vendido para avalar un inmenso fraude electoral. No dio un solo nombre, una sola cantidad, un solo dato. Tampoco pensó, porque ya no se le da mucho, que los demás partidos —incluido el PAN— también habrían tenido que ser sobornados porque todos tenían representantes de casilla.

La primera gran marcha contra la inseguridad, en 2004, se dio en el DF en los tiempos en que López (le dice Gil Gamés) era jefe de Gobierno. Los tildó a todos de "pirrurris", hoy culpa al gobierno por la desbordada delincuencia. ¿Y él? Dejó crecer el narcomenudeo en 740 por ciento, los secuestradores operaban desde las oficinas policiacas del gobierno perredista del DF.

Bien, ahora tenemos acción contra narcos, secuestradores y asesinos. Pero el odio de una minoría crece y exige pactar con la delincuencia. Todo pacto, para serlo, implica creer en la palabra de la otra parte. ¿Creeremos en la palabra del narcotraficante si dice que sólo venderá en donde se le dé permiso? ¿En la del secuestrador, en la del sicario que prometa no volver a ametrallar a un grupo de jóvenes para "calentar la plaza"? Ni siquiera debería estar semejante estupidez en la mesa de debate.

Nos urge un sistema que capture a los criminales, otro que los juzgue de frente a la sociedad en juicios abiertos y con pruebas dignas de ese nombre, y un sistema carcelario desde el cual no sigan delinquiendo por medio de teléfonos celulares. ¿Es tan difícil impedir que se extorsione con llamadas salidas de los reclusorios? Que siga ocurriendo no demuestra sino la complicidad de los carceleros y de quienes les dan el cargo.

Los usos medicinales de la mariguana están bien comprobados: controla náusea producida por quimioterapia en enfermos de cáncer, sube el peso de enfermos de Sida al estimular el apetito. En Estados Unidos la mariguana se produce en cultivos de alta calidad y se vende en tiendas que exhiben sus variedades y precios como chocolates. Y así debe ser, está bien: que la gente fume y se meta lo que quiera. No es tarea del Estado sino señalar los riesgos, como ya se hace en las cajetillas de cigarros y en las botellas de vinos y licores.

Mi ¡Ya basta! iría dirigido a la intolerable intromisión del gobierno en el uso y abuso de sustancias que los adultos decidan emplear hasta por simple y llano placer. Mientras aquí los narcos acribillan inocentes para "dar aviso" a las fuerzas que los combaten, en Estados Unidos todas las drogas circulan en fiestas de alta, mediana y baja sociedad. Todo mundo las consume porque así ha sido durante la historia completa de la humanidad: el peyote de los huicholes, los hongos de Oaxaca, el hashish del Medio Oriente, las fiestas Eleusinas y las Saturnalias. ¡Ya basta de intentar controlar lo incontrolable y lo que no tienen derecho a controlar!

Dice mi amigo Jaime Sánchez Susarrey (Reforma, 9.IV) que "López Obrador se postulará candidato a la Presidencia llueve, truene o relampaguee. No habrá encuesta o consulta que lo disuada". Acierta. "Ya está de regreso y se perfila para candidato de la izquierda en el 2012". Se equivoca rotunda y palmariamente: ese despojo del PRI no es izquierda, nunca lo ha sido y nunca lo será. Es Echeverrismo con cursilería más mesianismo que lo hace clamar, sin sonrojo, que es indestructible. Recuerden su llamado al amor: Stalin con Pili y Mili más Bejarano.

Ideología mata amor: El sol de la tarde, (Quimera).

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

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