Amparo contra la Constitución

publicado el 24 de enero de 2011 en «Milenio Diario»
columna: «la calle»

 

La mejor defensa que tenemos los ciudadanos contra agresiones de la autoridad es la Constitución. Pero algunos ciudadanos decidimos ampararnos contra las reformas introducidas en materia electoral por todos los partidos políticos en 2007. Son de carácter secundario porque hacen a detalles por cumplir en los comicios. Pero de tal forma contrarios a la naturaleza misma de la democracia que era fácil ampararse de una inicua ley accesoria. Los partidos decidieron, por eso mismo, subirlas a rango constitucional para que el amparo no fuera posible. La lógica es simplona: nadie puede llamar inconstitucional a la Constitución. Y todos a callar y obedecer, como dijo el virrey, marqués de Croix.

El meollo del asunto es que el PRD, con la complicidad del PRI y la inaudita torpeza del PAN quiso acallar toda crítica futura... subiendo la contra-reforma a donde es inatacable. En resumen, el nuevo artículo 41 deroga el 1 y más importante: la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos. Y como los cerdos de La Rebelión en la Granja, dice que así es, pero hay unos más iguales que otros.

La contra-reforma del 2007 tiene aspectos de asombrosa ingenuidad y otros de intolerable autoritarismo e incurre hasta en falta contra Derechos Humanos. Lo peor es:

1. Prohíbe a los partidos contratar publicidad en radio y tv por fuera del porcentaje repartido gratuitamente por el IFE.

2. Y no descuenta, como debió, de los miles de millones destinados a los partidos, los tiempos que antes pagaban y ahora les serán gratuitos.

3. Prohíbe a los ciudadanos contratar tiempos, pagados de sus bolsillos, para expresar sus opiniones. Sólo ciudadanos inscritos en partidos con registro legal pueden expresarse.

4. Al no otorgar tiempos sino a los partidos, establece ciudadanía de primera y de segunda: la de primera puede expresarse y le sale gratis, la de segunda no puede expresarse ni pagando.

5. Prohíbe a todos: partidos, individuos y quimeras lo que dieron en llamar "campañas negativas". Esto significa que los partidos, en sus tiempos regalados por el IFE, pueden sólo mencionar sus propias virtudes, pero no los defectos de los contrarios. Así resulta que a ningún candidato se le puede echar en cara su pésima administración en otro puesto público o privado, y ni siquiera los posibles delitos en que haya incurrido.

Esa chuscada es, además, imposible de vigilar y hacer cumplir: ya desde ahora se están dando con la cubeta... lo que no está mal, así debe ser: los ciudadanos necesitamos conocer los proyectos de los partidos, pero también las objeciones contra los candidatos.

La contrarreforma llega al ridículo de prohibir a los gobernantes en funciones publicitar sus logros... porque sería campaña subliminal. Hasta la imagen del gobernador inaugurando un puente o un hospital afecta a los candidatos de otros partidos. Para el IFE es humanamente imposible revisar todas las estaciones de radio y tv en donde puedan aparecer unos narcos detenidos en Tangancícuaro porque, si es municipio gobernado por XXX, le dará ventaja a su candidato.

Por supuesto que los logros de un gobernante dan ventaja a sus candidatos, así como sus fracasos, que deben ser exhibidos, le restan puntos. Elemental. ¿Y?

Como es fácil observar, la contrarreforma atenta contra el Artículo 1 de la Constitución, que es el eje toral de toda la Carta: el principio de igualdad ante la ley. Lo que es válido para los ciudadanos inscritos en un partido no lo es para los sin partido. Y atenta contra algo que va más allá de la Constitución y se encuentra en los Derechos Humanos desde el siglo XVIII: la libre manifestación de las ideas. De todas las ideas, incluyendo la difamación y la calumnia, pues tal definición corresponde a un juez luego de queja por la parte afectada. No va a ser el IFE quien determine si una expresión pública debe retirarse de los medios por calumniosa: lo califica un juez.

Tampoco puede el IFE evitar las pre-campañas que no se atreven a decir su nombre: Peña Nieto es conocido gracias a sus múltiples apariciones en tv y hasta en "prensa del corazón", Ebrard se puso a hacer galletitas y a lanzar propuestas desorbitadas como la de hacer canales venecianos en la Zona Rosa... y enseñar gondoleros a cantar O sole mío. ¿Es absurdo? No: es noticia. Todo, todo, lo que sea, con tal de salir. Lo dice el refrán: que se hable mal de mí, pero que se hable... ¿Creen que los ciudadanos no nos damos cuenta?

Las mentiras de mis maestros, 10ª reimpresión. Cal y Arena.

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

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