Gobernar como oposición

publicado el 08 de noviembre de 2010 en «Milenio Diario»
columna: «la calle»

 

La ya mítica tontería e ignorancia de Vicente Fox han sido señaladas en asuntos que hacen a la cultura, como no conocer nombre ni apellido de Borges, suponerlo novelista o fabricar premios Nobel con quienes no lo son. Pero eso no hace daño, nomás nos pone en ridículo.

El gran daño de Fox fue su profunda ignorancia del régimen que venció en las urnas como el burro que tocó la flauta. Guiado por su antipriismo de hígado, dejó intacta la estructura corporativa del régimen: las corporaciones de los famosos tres sectores: obrero, campesino y popular, pilares del PRI, el sindicalismo que encadena al trabajador con el triple grillete de a) la contratación exclusiva por el sindicato, b) la cláusula de exclusión por la que su expulsión del sindicato obliga a la empresa a despedirlo del trabajo, y c) el descuento obligatorio de cuotas que la empresa entrega a la dirigencia sindical de forma directa.

Tras de ser esquilmado desde la nómina misma, al trabajador sindicalizado por la fuerza tampoco se le ofrece transparencia alguna en el manejo de las cuotas, de su propio dinero, que alcanza los miles de millones en los sindicatos grandes no sometidos a fiscalización alguna.

Allí están los pilares que habría sido necesario dinamitar, pero Fox se limitó a insultar al PRI, sin ver, como Castillo Peraza, que en su parte moderna podía tener un aliado para impulsar reformas que, como la fiscal, son urgentes hace varias décadas. Se le fue en pitos y flautas el sexenio de la esperanza.

Eso, no el novelista Borgues ni el nobelista Fuentes es el daño de Fox a la nación.

Lo mismo el PAN que el PRD han querido gobernar con idénticos reflejos a los que tuvieron como oposición, primero porque los conocen mejor, segundo porque son redituables. La prensa de todos colores ha señalado el desmantelamiento que hizo Fox de los sistemas de seguridad del Estado: los imaginó espionaje enemigo, como muchacho de comité de lucha en un CCH. Compró el paquete completo de un tic de la izquierda más infantil: suspicacia anarquista contra todo lo que huela a sistemas de seguridad del Estado. Y desde la cumbre del Estado, los desarmó.

El PRI obtenía ventajas de una borrosa línea entre la ley y el hampa: sus gobernadores y diputados tenían permiso para enriquecerse y acabar con opositores a cambio de disciplina en el momento crucial en que la Patria los llamaba a subordinarse a los lineamientos económicos del presidente y, sobre todo, ante la Gran Decisión: el sucesor.

Seguimos teniendo en la Constitución un diseño a la medida de un régimen corporativo, en el que los diversos sectores o corporaciones, se alinean luego de sordas escaramuzas en torno a la decisión presidencial.

En un régimen democrático se puede formar un Congreso dando a cada partido una proporción equivalente a sus votos o dejando que los votantes decidan por mayoría simple a sus legisladores. Ambos sistemas tienen virtudes y defectos. La torpeza legislativa, el encono y el afán de venganza lograron una combinación perversa en la que nos impusieron lo peor de cada método.

El triunfo sobre el PRI no condujo, por ignorancia política, al rediseño constitucional que Fox, con el impulso de su indiscutido triunfo, habría podido obtener del Congreso. Se debilitó quemando su pólvora en los infiernitos de una imposible reconciliación con un olvidado Marcos y permitió a quienes habían declarado guerra a muerte al Estado cruzar el territorio nacional con protección de la policía.

Sin instrumentos legales que alertaran de cambios en la ruta de la droga y el viraje hacia la industria del secuestro y la multiplicación de los frentes del delito, sin seguimiento a los policías despedidos que se sumaban a la delincuencia ni a las autoridades sobornadas por el hampa, Fox gobernó desde Babia, a chascarrillo batiente.

Nunca supo Fox que el PRI es más complejo que un partido lleno de víboras tepocatas. Ni que un ala del PRI coincide con el PAN en buen número de reformas... a las que se opone el PRD porque es la parte más vieja y oxidada del PRI.

Así fue como por años no preparamos policías, no formamos investigadores, técnicos forenses, muchachos como esos de Bones que dicen, con una larva de insecto, que el cadáver fue movido... La gente era buena porque sí; las casas, abiertas...

Luego, a partir de 1995, se nos vino el mundo criminal encima sin tener, ya no digamos policías preparadas, sino ni siquiera honestas.

Alinean

Como marean, balancean, torpedean, así alinean.

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

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