Hay música en el sol

publicado el 27 de junio de 2010 en «Milenio Diario»
columna: «se descubrió que...»

 

A Carlos Marín, con solidaridad

 

Se crea música en el Sol por vibraciones longitudinales en su atmósfera. Sabemos que el Sol la tiene, la vemos durante los eclipses totales: cuando la Luna se interpone frente al Sol y oculta el disco brillante podemos contemplar su atmósfera. La parte más externa, la corona, tiene forma de llamaradas. Como toda atmósfera, la del Sol presenta turbulencias. Su magnetismo levanta prominencias de materia incandescente que superan decenas de veces el diámetro terrestre, y estas estructuras magnéticas se curvan como un plátano y regresan a la superficie solar. Véalas aquí.

"Se piensa que estos rizos magnéticos desempeñan un papel fundamental para gobernar la física de la corona solar y son responsables de gigantescas explosiones atmosféricas que conocemos como llamaradas solares". Estos rizos que se elevan del Sol presentan oscilaciones en períodos semejantes a las oscilaciones transversales que vemos al tañer una cuerda de guitarra. Un instrumento de viento, como la flauta o el oboe, producen su sonido con oscilaciones longitudinales de la columna de aire.

Con un mismo grosor y longitud de la cuerda de guitarra, la nota producida dependerá de la tensión de la cuerda: por eso vemos a los guitarristas modificar la tensión al afinarlas y modificar la longitud al presionar diversos trastos. El tono producido dependerá de las armónicas en los modos de oscilación, lo cual estudió Pitágoras en el siglo VI antes de Cristo. La atmósfera solar está constantemente cruzada por la música de las prominencias en rizo coronarias.

Un equipo de físicos solares de la Universidad de Sheffield, Reino Unido, ha conseguido grabar los sonidos musicales del Sol creados por esas vibraciones longitudinales de su atmósfera.

Escuche aquí esa maravilla: da un aire al inicio de Así hablaba Zaratustra, de Richard Strauss, empleada como tema de 2001: Odisea del espacio.

Estudiar las condiciones magnéticas de la atmósfera solar ayudará al equipo, encabezado por Robertus von Fáy-Siebenbürgen (¿siete ciudades?) a entender uno de los problemas centrales y clave no resueltos, esto es, el calentamiento del plasma coronario: ¿Es que hay millones de explosiones magnéticas localizadas que liberan la suficiente energía para mantener la corona solar a una temperatura por encima del millón de grados? El horno nuclear del Sol se enciende por fusión: la presión de las capas superiores comprime los átomos de hidrógeno hasta que los fusiona en helio. Es el principio de la bomba H. Pero los físicos solares no logran explicar la enorme temperatura de la atmósfera y corona solares.

La presión y la temperatura no permiten la existencia de átomos completos en el interior del Sol. Sus restos forman una sopa llamada plasma. Toneladas de plasma son arrojadas fuera del Sol cada segundo en forma de una corriente llamada viento solar. Nada en esto permite suponer que la corona alcance temperatura superior al millón de grados. Y la alcanza. El equipo ofrece ahora un modelo teórico: "mega-tsunamis" de origen magnético calientan la corona solar.

Una cuerda que vibra se calienta. Su vibración produce un tono o nota fundamental y una rica variedad de tonos armónicos: son éstos los que en buena medida crean la calidad de un instrumento. También ocurre con una voz humana: son los tonos armónicos que acompañan un fa de Rolando Villazón lo que produce su belleza. El equipo de Sheffield propone que también calientan la corona solar que, de otro modo, si dependiera sólo del calor emanado desde el núcleo donde el hidrógeno se fusiona, debería ser mucho más fría.

La música solar ya fue presentada por el equipo al Parlamento, tanto the House of Commons como the House of Lords, así como a la centenaria Royal Society. La Universidad de Sheffield se lanza ahora a una aventura llamada Project Sunshine que reúne científicos por encima de los límites tradicionales de las ciencias y enfrenta el mayor reto del mundo actual: producción de alimentos y energía, y las incertidumbres del cambio climático global.

Dice Robertus von Fáy-Siebenbürgen: "Los resultados de nuestra última investigación de la corona solar, presentada al Parlamento en Westminster, nos permite ganar una visión fundamentalmente nueva acerca de la fascinante pero al mismo tiempo muy misteriosa atmósfera solar".

En el siglo XVII se discutía la naturaleza de la luz: ¿onda o partícula? Encabezaban cada postura Newton y Huygens; el inglés, como antes Galileo, proponía partículas. Huygens, holandés, ondas. En el siglo XIX, el francés Augustin Fresnel y el inglés Thomas Young demostraron las ondas de luz.

El problema no quedó resuelto hasta 1905, el año milagroso de Einstein: la luz tiene una doble naturaleza, onda y partícula.

Ahora estamos ante los sonidos musicales del astro que nos da luz.

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

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