Pelear contra enamorados

publicado el 29 de marzo de 2010 en «Milenio Diario»
columna: «la calle»

 

Dígale usted a una enamorada que su novio tiene mal aliento y puede responder: ¿Y a ti no te han dicho que te apestan las patas? Lo cual, sin ser Aristóteles, podemos concluir que no tiene lógica: un olor no exculpa el otro. Es el método de respuesta, hoy de moda, que enturbia toda discusión seria.

Cuando los enamorados de un régimen, partido o político se topan con datos indefendibles e irrebatibles de su objeto amoroso, recurren a dos expedientes: 1. Encontrar un ejemplo peor. 2. Descubrir el compló. Se niegan a creer, porque su fe de carboneros saldría maltrecha, que nadie nos pone de acuerdo a los comentaristas y si de pronto decenas entramos a la denuncia de que en Cuba están prohibidos los partidos políticos y los sindicatos y los teléfonos celulares y rentar cuarto de hotel siendo cubano y un largo etcétera, es porque acaba de ocurrir la muerte de un disidente que no había cometido robo ni homicidio ni secuestro, sencillamente ejercía el derecho que comentaristas y lectores ejercemos en México: decir "no estoy de acuerdo con mi gobierno". Allá es delito.

"Deja de espiar al vecino y comenta los horrores que se ven en México a diario", responden. Pero no si el vecino es EU y el muerto es un afgano prisionero en Guantánamo. Entonces quien denuncia al vecino es un valiente líder de opinión, no un chismoso.

"¿Cómo es que tantos en tan variados periódicos, menos en el mío, siempre imparcial y sensato, se han puesto a hablar de lo mismo? Está claro que les cayó una dolariza". No pueden tolerar la idea de que el acuerdo lo suscitó un hecho, como la defunción de un disidente. El secretario de Trabajo no llegó a la Cámara a denunciar que en China no existen sindicatos: no es el lugar; pero si un legislador, líder sindical, le pone de ejemplo a China (y muchos la hemos puesto por su aceptación de todas las inversiones en todos los ramos), se pone "de pechito" para que el secretario le responda que tiene razón, pero no debe olvidar que en China los sindicatos están prohibidos.

Y claro, tenemos una racha de comentarios al respecto. Que el adicto a los complots leerá como un complot.

La otra forma de acallar datos que no nos gustan, por sólidos que parezcan, es infantil: Titino se portó peor que yo, miss. Si alguien menciona que en Cuba están prohibidos los partidos políticos, los sindicatos, los diarios, se le responde que en México los hay, pero son garrapatas del trabajador; si dice que en Cuba se prohíben los teléfonos celulares, los viajes, los cambios de trabajo, la respuesta es: "¡Vaya casualidad: no mencionas la miseria en la sierra de Guerrero ni la guerra en Burkina Faso". El defensor de Pinochet hacía lo mismo: para crímenes los de Stalin, nos decía; el neo-nazi recuerda que no sólo hubo campos de exterminio hitlerianos, sino bombas atómicas lanzadas por los gringos contra Japón. Cierto, ¿y? ¿Hiroshima disculpa Auschwitz? ¿La miseria en México justifica la feroz dictadura castrista con déspota vitalicio?

Siempre un vivillo podrá acusar a un comentarista de no mencionar alguno de 1001 casos terribles que le vengan a la memoria. Si señalo un error del PAN mis lectores descubren que ya me paga el PRI, si trato de emplear humor y no insultos llanos es para que los ofendidos no me dejen de pasar una buena feria. Todo debate es inútil cuando hay síntomas de autismo: quienes nos expresamos contra el objeto amado somos una sinfonola: se le echa un peso y toca el disco elegido. O estamos en un compló contra los buenos. El único pensamiento puro y virginal es el del enamorado, que, habilidoso, desentraña y denuncia. Uta... son tan aburridos como previsibles...

¿Representación proporcional o mayoritaria?

Tan democrático es el método proporcional para integrar Cámara de Diputados como el mayoritario: el 6 por ciento de los diputados para quien obtuvo el 6 por ciento de la votación total. O llega al Congreso quien obtenga mayoría en su distrito, y el que no pues no. Pero torpeza y venganza legislativa nos impusieron lo peor de ambos mundos en base a un sofisma: que los partidos son organismos de interés público que representan el sabroso y colorido pluralismo del electorado. Falso: la inmensa mayoría de los partidos son negocios que sólo representan a sus cúpulas y se venden al mejor postor cada tres años. Revisar caso por caso lleva otro artículo. Pero vaya usted pensando en lo que hay: Nueva Alianza, Verde, PT, Convergencia... una cloaca.

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

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