PRI: no a la reforma laboral

publicado el 08 de marzo de 2010 en «Milenio Diario»
columna: «la calle»

 

¿Por qué se opone el PRI a una reforma que libere al trabajador de la sumisión a los dirigentes del sindicato? Porque la actual estructura corporativa alimenta al PRI con vasos comunicantes: el charro sindical es premiado con una diputación, como diputado paga su nombramiento levantando el dedito cuando lo diga el PRI. Y así por siete décadas.

La legislación laboral mexicana entrega dos cadenas a los dirigentes de un sindicato con las que se han mantenido en el poder, la opulencia y la no rendición de cuentas: 1) La cláusula de exclusión, por la que el patrón se obliga a despedir al trabajador que haya sido expulsado del sindicato, y 2) La entrega directa de las cuotas sindicales descontadas al trabajador de su nómina. Luego la "autonomía sindical" dice que los dirigentes no están obligados a rendir cuentas, si un trabajador las exige se le expulsa del sindicato y se notifica al patrón para que, por ley, lo despida. Eso es control vertical y no nimiedades.

Es el sindicalismo que defiende el PRI porque durante sus 81 años de existencia ha sido su columna vertebral. Así es como tenemos dirigentes "mineros" que nunca han trabajado en una mina, como Napoleón hijo; dirigentes petroleros que viven como jeques árabes, una maestra de fortuna tan enorme como inexplicable, y huelgas impuestas por sindicatos nacionales aun contra la opinión de los trabajadores afectados.

El descuento obligado de las cuotas sindicales tomadas desde la nómina misma es el equivalente exacto de los diezmos obligatorios a la Iglesia católica que la autoridad civil recaudaba y entregaba hasta 1823, una de las primeras reformas que habrían de disgustar a esa Iglesia, entonces única y siempre tan tiquis miquis.

Ese yugo al cuello les cayó a los trabajadores desde la Constitución de 1917, que nos presentan como ejemplo social en típica verdad a medias. Esa ley nos despoja de todo derecho a los ciudadanos y a cambio nos ofrece "concesiones": a la propiedad privada, al suelo, a los ríos y mares, al subsuelo, al aire y al espacio mismo, sin aire: todo "pertenece originalmente a la nación", entelequia que no se molestaron los constituyentes en definir, pero entrega el costal de las concesiones a los gobernantes en turno.

Contra la opinión interesada del PRI, una reforma laboral debe regresar al trabajador su libertad de asociación eliminando la afiliación obligada al sindicato único reconocido por el gobierno; su libertad de expresión y de crítica sin riesgo de ser objeto de la cláusula de exclusión y echado del trabajo, y su libertad de pagar sus cuotas sindicales sin que la empresa se las descuente para entregarlas a la camarilla sindical. Debe recuperar el trabajador nada menos que su derecho de huelga, hoy cancelado por decisiones cupulares que imponen huelgas contra la voluntad de los trabajadores, en su perjuicio y por medio de gente pagada por el sindicato y hasta ajena a la empresa.

El PRI se opone porque con tales medidas construyó el régimen "revolucionario" su corporativismo, que fue y sigue siendo su columna vertebral. No es casual que por los mismos años, 1929 a 1940, estuvieran afianzándose en Italia y Alemania los fascismos de Mussolini y de Hitler. Aquí no tomó el poder un dictador, sino un partido que lo retuvo durante siete décadas.

Para consolidar su régimen corporativo, el PRI creó, desde la escuela pública, una mitología que le dio sustento ideológico y reza así: el PRI es la expresión de la Revolución de 1910 y ésta fue el alzamiento de un pueblo contra un dictador. Premisas falsas: Porfirio Díaz abandonó México en mayo de 1911. Madero no se declaró "presidente legítimo" ni consideró como Fidel Castro que el pueblo ya había votado por él. Llamó a elecciones y ganó de calle; pero antes de un mes ya estaba en armas un traidor a la democracia: Emiliano Zapata con su Plan de Ayala de núcleo virreinal, anti-juarista, que implica derogar las leyes de Reforma en asuntos de tierras. Y tenemos inscrito con letras de oro al criminal, junto al del forajido Pancho Villa.

Tras el triunfo de Madero, vino el batidillo del "quítate tú para ponerme yo" que llegó hasta 1917, cuando se sentaron a emborronar una constitución que le dio todo a la "Nación"... o sea al gobierno, y el PRI se encargó de ser gobierno con "fraudes patrióticos" sucesivos.

Detesto el café de olla

Esa bazofia con azúcar quemada para que pinte, canela y piloncillo que ahora anuncian por radio como súmum de la mecsicanidad.

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

0 animados a opinar:

 

 

ÍNDICE DEL BLOG

milenio diario

la crónica de hoy

la jornada

revistas

misceláneo

 

etiquetas:


pasaron por aquí


la plantilla de este blog es el "pizarrin" donde, durante sus ratos de ocio, eltemibledani hace sus pininos modificando el xhtml fuente.

páginas vistas

desquehacerados