Negociazos: narco, sindicatos, partidos

publicado el 07 de mayo de 2007 en «Milenio Diario»
columna: «la calle»

 

En ese orden: narcotráfico, sindicato, partido político se encuentran los más rápidos caminos al enriquecimiento explicable. El sindicato de Pemex vendía, hace ya muchos años, en 40 mil pesos la plaza de trabajador más baja. Supongo que se ha encarecido. ¿Por qué puede un sindicato exigir una cuota de ingreso a una empresa que, al menos legalmente, no es suya? Porque las leyes laborales mexicanas así "defienden" al trabajador: el sindicato es la única vía de acceso a los puestos vacantes de la empresa, y es también la vía para el despido fulminante. Así es porque la ley lo dice: si una empresa tiene vacantes no contrata personal que luego se afilia al sindicato. No: el sindicato presenta personal pre-afiliado para ocupar empleos en la empresa que infecta.

Por la ignominiosa cláusula de exclusión, bien aceitada guillotina en manos de los líderes sindicales, todas las empresas se obligan a despedir al trabajador que haya sido expulsado del sindicato, aunque no exista justificante laboral alguno para su despido y el trabajador sea un modelo de cumplimiento y eficacia. El sindicato dice se va y se va. Es el modelo mexicano de "defensa del trabajador". El PRD, López y secuaces se oponen con virulencia a la reforma de esta infamia. Llaman "conquistas laborales" a esa masacre legalizada de cualquier oposición, cualquier intento de organización independiente. Contra el patrón hay defensa, mucha, a veces demasiada; contra el sindicato, ninguna. Y se entiende, porque este sindicalismo opresor y despótico fue pilar clave del sistema priista; así que el heredero natural del PRI, el PRD creado por los priistas sin hueso, pelea ahora esas corporaciones y ha sumado ya varias: ambulantes, taxistas y sindicatos ofrecidos por sus líderes-propietarios al mejor postor que, en el DF, es ahora el PRD... o sea el PRI de endenantes.

Bastaría con regresar a los trabajadores su derecho a disentir del sindicato, su derecho de afiliación voluntaria, y a las empresas el derecho a escoger con sus propios sistemas al mejor candidato para una vacante, para que varios imperios sindicales se derrumbaran y muchas fortunas mal habidas volvieran a manos de quienes con sus cuotas las han levantado.

Mientras Napoleón, el líder minero, sigue prófugo, un trascendido de MILENIO afirma "que Banorte emitió una alerta financiera por el manejo de cuenta del diputado del PRI Joel Ayala. Que la institución bancaria decidió tomar esa medida al detectar que el dirigente nacional de la FSTSE (Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado) tiene una cuenta con un manejo promedio de un millón 400 mil pesos al mes...". Nos podemos preguntar si el líder de burócratas no tiene sino una sola cuenta bancaria. Apuesto 100 contra 1 a que no es la única ni todas son nacionales.

Los niños de Juchitán, Oaxaca, toman clases en el atrio de la iglesia de San Vicente Ferrer (comenta Sergio Sarmiento en Reforma, 4 de mayo) ante las continuas suspensiones de clases por la sección 22 del sindicato de "maestros". El sindicato está logrando lo que inútilmente han exigido los obispos: que la Iglesia Católica "retome el papel protagónico que durante tanto tiempo (tres siglos) tuvo en la educación", concluye. Inesperada labor sindical... apoyada por grupos que se llaman de izquierda, entre ellos buen número de estudiantes.

Con la reforma laboral urge otra más profunda: reforma de la protesta, para que nuestras ciudades dejen de padecer secuestros por parte de cuanto inconforme logra reunir dos docenas de enojados.

Narco y derechos humanos

Muchos hemos mencionado cómo la prohibición de consumir bebidas alcohólicas en Estados Unidos sólo produjo la era dorada del gangsterismo, la de Al Capone et al., y que se comete el mismo error ahora con la batalla perdida que se da contra las drogas. Es una observación referente a la eficacia.

Pero hay un argumento más ético: la prohibición afecta el derecho de un adulto a meterse por donde quiera lo que se le venga en gana. ¿Quién ha dado a los gobiernos el derecho a decidir lo que podemos o no usar? La prostitución y el uso de drogas son parte de nuestro derecho a usar el propio cuerpo. ¿Se penará con cárcel algún día, por nuestro bien, comer carnes rojas, mezclarlas con lácteos, hacernos tatuajes o consumir refrescos? Ya cierta "izquierda" prohibió en Oaxaca las hamburguesas, pero no vio tan mal el incendio de la ciudad.

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

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