Horario de verano

publicado el 04 de marzo de 2002 en «La Crónica de hoy»
columna: «la ciencia y la calle»

 

No hay duda de que el horario de verano produce ahorro de electricidad y de combustibles no renovables. Tampoco hay duda de que Jalisco, Zacatecas y Durango viven ya con una hora de adelanto.

La polémica iniciada por López Obrador, el genial mago del segundo piso al Periférico del Distrito Federal, lanzado sin estudios ni proyectos ni maquetas, no fue la primera entre autoridades federales y locales. Terminó con el dictamen de la única autoridad capacitada por ley para establecer las medidas: el Congreso de la Unión. Y el dictamen fue una clara orden para mover los relojes a finales de abril. Ni Fox, con sus cinco meses, ni Andrés Manuel Voy–derecho y No–me–quito con su "encuesta" al estilo televisora tuvieron razón y el horario de verano será como en la mayor parte del mundo y en todos los países industrializados.

Pero los congresos estatales pueden legislar sobre el meridiano al cual se adhieren. Y deben hacerlo porque existen verdaderas aberraciones.

El tiempo estándar

La hora solar, real, tomada según la posición del sol, varía de forma continua: basta un paso al oriente o al occidente para que tengamos diferencia. Por esta razón cada comunidad fijó su hora, hasta finales del siglo XIX, con el sencillo procedimiento de llamar "las doce del mediodía" al momento en el cual el sol se encontraba en su punto más alto sobre el firmamento. Las variaciones de minutos entre un pueblo y otro eran las naturales y a caballo no tenían importancia.

Con la construcción de ferrocarriles, sobre todo en países "anchos" como Estados Unidos y Canadá, se hizo necesario conciliar intereses y pactar tablas de horarios para el paso del tren. Así fue como sir Sandford Fleming, un ingeniero de ferrocarriles canadiense, a fines de la década comenzada en 1870, diseñó un plan para establecer un tiempo estandarizado en todo el mundo. En 1884, se reunieron en Washington delegados de 27 naciones y acordaron el sistema que hoy tenemos. Su función es evitar que el tiempo de los relojes deba cambiar de minuto en minuto y sólo salte de hora en hora. Esto es, hacer discreta una variación que es continua.

El sistema de zonas o husos horarios divide al globo terráqueo en 24 gajos de 15 grados cada uno. Las líneas imaginarias que van de polo a polo, o meridianos, son tantas como se deseen, pero sólo importan, para fijar la hora, aquellos que van de 15 en 15 grados. El meridiano 0, por acuerdo internacional, se colocó en el observatorio de Greenwich, en Inglaterra. Y si alguien ve en este acuerdo la cola del imperialismo inglés, el más poderoso en 1884, tendrá razón, pero cualquier otro meridiano sería tan arbitrario como ése para comenzar la cuenta de la longitud. Cada meridiano múltiplo de 15 es el centro de una área de 15 grados que se extiende 7.5 grados al oriente y 7.5 al occidente del meridiano.

En el caso de México hay dos meridianos definidores de husos horarios que pasan sobre el territorio nacional y un tercero que, si bien no lo cruza, sí extiende la porción oriental de su huso horario sobre Baja California. Se trata de los meridianos 90, 105 y 120 grados al occidente del meridiano 0, el de Greenwich.

El meridiano 90 grados pasa casi junto a Mérida y extiende su zona oriental sobre el Caribe y el Golfo; la occidental, demarcada por el meridiano 97 grados con 30 minutos, cubre hasta la mayor parte de Oaxaca y Veracruz. El siguiente huso horario para la república es el que tiene por eje al meridiano 105. Esta línea imaginaria cruza Jalisco, luego casi encima de Tepic, parte en dos a Durango y sigue sobre Chihuahua, por lo que la mayor parte del país queda dentro de sus 15 grados.

¿90 ó 105?

En el límite entre los dos husos se encuentran Tamaulipas, parte de San Luis y de Querétaro, Hidalgo, Puebla, Tlaxcala, Morelos, México y Distrito Federal. Pero Chihuahua, Durango y Jalisco están plenamente en el área del meridiano 105. Observando ese hecho indiscutible y simplemente geográfico, Chihuahua decidió pasarse a la hora que llamamos "del Pacífico". Lo mismo podría hacer Jalisco, cruzado por el 105 al occidente.

Para los estados que se encuentran al final del huso 90 grados o al principio del 105, tan mala es una hora como la otra: con una es muy temprano y con la otra muy tarde. Cuando se está poniendo el sol en Mérida, sobre Puebla y Tlaxcala está todavía 8 grados arriba. Pero si se pasaran a la hora del Pacífico, verían meterse el sol cuando sobre Tepic está 9 grados sobre el horizonte. Es cosa pues de optar por el mal menor, como le ocurre al Distrito Federal. Pero Jalisco y Durango tienen sus territorios cruzados por el meridiano 105 y por tanto pertenecen sin duda a la hora del Pacífico.

La ansiedad por igualarse a la ciudad de México hasta en la hora ha producido el disparate de que Vallarta tenga una hora y Nuevo Vallarta una menos. Basta con cruzar el puente que separa a Jalisco de Nayarit y ya es más temprano. Esto trae como resultado que si dos empleados entran a trabajar a las 8, el de Vallarta deba checar tarjeta cuando para su colega, cruzando la calle, son apenas las 7.

Para dar idea al lector de otros rumbos, es como si en Acapulco fueran las 8 en Condesa y las 7 en Caleta. Si Jalisco entra por completo en la zona del meridiano 105, Durango es el único estado partido a la mitad por ese meridiano... y a pesar de ello regido por otro. Así pues, si el horario de verano quedó ya establecido por el Congreso de la Unión, los congresos locales deben ajustar su hora cuanto sea posible a la solar y, sobre esa base, aplicar el horario de verano. ¿Cómo lo podrían hacer Jalisco y Durango? No adelantando hora en abril y retrasándola el próximo octubre.

 

la talacha fue realizada por: eltemibledani

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