Hace un mes, el director de MILENIO Jalisco, Jaime Barrera, publicó datos espeluznantes acerca de la destrucción que el afán de lucro más torpe ha traído a las costas de Jalisco. Cita los reportajes de Agustín del Castillo con la agonía de Barra de Navidad, alguna vez barata y agradable opción para unos días en la playa.

Bien... la playa no existe: "Barra de Navidad con la playa devorada por el mar y sin turistas, con 30 por ciento de los restaurantes, hoteles y otros negocios cerrados, nos revela con toda claridad las consecuencias de permitir megadesarrollos turísticos que atentan contra los ecosistemas. Todo un didáctico desastre.

"Treinta años después de que se inició el ecocidio, vemos los efectos de gobiernos corruptos que fueron omisos o cómplices y no exigieron a constructores voraces cumplir y acatar lo que debieron indicar estudios de impacto ambiental que nunca se hicieron. La construcción de un par de hoteles con embarcaderos, del proyecto conocido como Isla Navidad, violando las leyes de equilibrio ecológico de la época, se realizó en la más absoluta impunidad."

Iniciado el desastre en los tiempos del PRI, 18 años de PAN no detuvieron, sino apresuraron el daño, y tenemos que "30 años después la playa se acabó". No existe: el mar azota los cimientos de construcciones que fueron parte del atractivo turístico y hoy las olas trabajan en su derrumbe. Algunos daños son irreparables, otros exigen décadas y mucho dinero.

La pregunta es: ¿quedará impune ese crimen? No sólo el turismo ha terminado, también la pesca. En los sexenios de González Márquez, Ramírez Acuña y Alberto Cárdenas, ¿quiénes se llenaron los bolsillos a toda prisa y hoy simplemente se dedican a buscar nuevos negocios?

Las estructuras que la UdeG y la UNAM proponen para recuperar la playa y rescatar las lagunas costeras costarán muchos millones. No es difícil imaginar que ahora, quienes hicieron el negocio de destruir vean el negocio de reparar lo destruido. Tampoco es difícil dar con ellos: busquemos entre los empresarios cercanos a los últimos gobiernos priistas y a los del PAN, en alianza con los tecos y el Yunque.

Hagamos una apuesta: Son los mismos particulares dedicados a los negocios en alianza con políticos que cometieron la irracionalidad, sólo explicable por cálculos en la cueva de Alí Babá, de ir a echar una placa de cemento enorme en el bosque de La Primavera, zona de recarga por lluvia y rocío de los acuíferos que surten los pozos de muchas áreas metropolitanas, y pusieron encima la Villa Panamericana, con drenaje descargado al aire y pies de casas para seguir invadiendo el bosque.

El proyecto del alcalde Alfonso Petersen invertía en levantar un área urbana de Guadalajara, la del parque Morelos, junto a la calzada Independencia, tomada por el hampa menor y la prostitución, casas abandonadas y en proceso de caer, con derrumbes parciales de techos y muros. Un proyecto sensato que hace ver la urgencia de la reelección consecutiva de alcaldes: nadie puede hacer, en tres años, algo que no sea reparar unos baches y poner unas jardineras. Un proyecto de vialidad, de transporte colectivo, de vivienda es impensable.

Al terminar el mandato del alcalde, sin remedio por el ridículo plazo que la ley ofrece, el proyecto se abandonó y no supimos los habitantes de la ciudad cómo ni por qué se eligió invadir el bosque donde se recargan los acuíferos que surten los pozos de toda el área poniente. Quienes se embolsaron millones en la Villa, que deberá ser derruida, siguen gozando su impunidad y su buen negocio.

Y serán los mismos que construyeron esos hormigueros que vemos rumbo a Zapotlanejo: millares de casitas inhabitables porque no se puede vivir en cuartos donde no cabe un colchón sobre el suelo.

¿Y el asesinato de GONZALO RIVAS, quemado vivo por los normalistas que incendiaron a propósito la gasolinera donde trabajaba?

la talacha fue realizada por: eltemibledani