tag:blogger.com,1999:blog-74877447924473779602024-03-13T16:20:55.348-06:00Luis González de Alba . blogno oficialeltemibledanihttp://www.blogger.com/profile/12608542458574376036noreply@blogger.comBlogger1807125tag:blogger.com,1999:blog-7487744792447377960.post-25551076982260771922022-11-09T23:47:00.006-06:002022-11-09T23:48:01.542-06:00Perelló y González de Alba<div style="text-align: left;">publicado el 13 de agosto de 2017 en «<a href="http://www.milenio.com/">Milenio Diario</a>»</div>
<p class="subtitulo">autor: José Luis Martínez S.</p>
<p class="texto"> </p>
<p class="texto">La madrugada del 5 de agosto murió Marcelino Perelló, integrante del Consejo Nacional de Huelga del Movimiento Estudiantil de 1968. El cartujo recuerda sus polémicas con Luis González de Alba, quien se suicidó el 2 de octubre de 2016. Los desencuentros entre ambos están ampliamente documentados y muestran dos visiones de una historia con muchos matices.</p>
<p class="texto">Representante de la Facultad de Ciencias ante el CNH, Marcelino no estuvo en el mitin del 2 de octubre en Tlatelolco, no estuvo en la cárcel y tampoco en el país a partir del 6 de enero de 1969, cuando huyó por Tijuana a Estados Unidos y luego a Europa. Tampoco estuvo en la Marcha del Silencio, una idea suya, realizada el 13 de septiembre.</p>
<p class="texto">En una larga entrevista concedida a Francisco Ortiz Pinchetti en Barcelona, en septiembre de 1978, Perelló rememora la propuesta del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz de negociar con los estudiantes para terminar con las protestas, nombrando como sus representantes a Jorge de la Vega y Andrés Caso; el rector Javier Barrios Sierra se la comentó y él le advirtió la necesidad de consultarlo con el CNH o su Comité Central.</p>
<p class="texto">“Sin embargo —dice—, el primero de octubre me entero de que sin que el asunto hubiera sido tratado por el CNH, (Gilberto) Guevara Niebla, (Luis) González de Alba y un cuate de la Esime, (Anselmo) Muñoz, habían ido a casa de Caso y que además lo habían hecho en una actitud agresiva y provocadora: les mentaron la madre a los negociadores presidenciales y llegaron a imponer sus condiciones. Eso era grave, porque nos amarraban toda negociación”.</p>
<p class="texto">González de Alba respondió: la reunión con los representantes del gobierno no fue el primero de octubre, sino la mañana del 2, en la casa del rector, y fue autorizada por el CNH en una asamblea en la Facultad de Ciencias, a la cual Perelló no asistió, “porque desde el 18 de septiembre se encontraba en la ‘clandestinidad’. En cuantas ocasiones se había intentado establecer contacto con él, mandaba un mensajero: Que Marcelino no llegaría por no haber suficientes condiciones para su seguridad. ¡Y sus compañeros esperándolo en el mismo sitio al que él no llegaba ‘por razones de seguridad’”.</p>
<p class="texto">La “actitud provocadora” señalada por Perelló fue la respuesta de Guevara Niebla a Andrés Caso, “quien se felicitaba de que al fin pudiéramos llegar a un arreglo amistoso”, recuerda González de Alba. Gilberto le dijo “que no estábamos allí para ser amigos, pues ya sabíamos unos y otros a quiénes representábamos”.</p>
<p class="subtitulo">Balas de salva</p>
<p class="texto">En su conversación con Ortiz Pinchetti, Perelló repite una de sus aseveraciones más polémicas: el 2 de octubre el Ejército disparó con balas de salva, a él se lo dijo un testigo. “Esa fue la tesis más generalizada y esa fue la versión que dimos en la conferencia de prensa del 4 de octubre. Es cierto que yo dije que, en un principio, los soldados habían disparado balas de salva. En un principio. Pero algunos periódicos tergiversaron mis declaraciones y me chingaron”.</p>
<p class="texto">González de Alba escribe: la tarde del 2 de octubre, Marcelino se refugió en la casa de Andrés Caso; nadie supo nada de sus conversaciones con el enviado presidencial, pero al salir de allí “anunció al país que en Tlatelolco el Ejército había disparado balas de salva; mismas que no lograron perturbar la tranquila atmósfera en la sala de Andrés Caso, donde Marcelino Perelló, convertido semanas antes en ‘líder’ del CNH gracias a su famosa y carismática silla de ruedas, tomaba café con los representantes de Díaz Ordaz”.</p>
<p class="texto">Después del 2 de octubre, Marcelino anduvo de un lado a otro, ocultándose en diferentes domicilios; la policía no le perdía la pista, pero tampoco lo detenía. “Claro —le comenta a Ortiz Pinchetti—, los que estaban en la cárcel no lo entendían. Ni entendían por qué a mí no me apresaban ni a algunos otros. Nos acusaban de traidores, cuando en realidad andábamos a salto de mata, perseguidos, acosados, sin contar siquiera con la comodidad que da la cárcel. Y en esas condiciones tratamos de hacer revivir al movimiento, de organizar asambleas, mítines. Todavía el 14 de diciembre hicimos uno”.</p>
<p class="texto">A Sócrates Amado Campos Lemus, considerado el delator del movimiento estudiantil, Marcelino Perelló lo acusó, sin bases, de ser agente de la CIA. Lo reconoce: “Evidentemente, es una cuestión que no puedo probar. Es muy posible que no fuera agente de nadie, como es posible que lo fuera. Ahora que, objetivamente, actuó como un provocador, un arribista y un delator”.</p>
<p class="texto">Campos Lemus era mentiroso y cobarde. Por eso, González de Alba escribió en 1978: “La debilidad y la mitomanía explican a Sócrates. Durante 10 años creímos que Marcelino había cometido solo una torpeza garrafal. ‘No es un traidor, es un estúpido’, decían sus más bien intencionados defensores y camaradas desde la ‘comodidad’ de la cárcel, como él dice. Más por lo visto será necesario revisar esa opinión para añadirle la desfachatez”.</p>
<p class="texto">En un tono distinto, Marcelino y Luis sostuvieron una nueva polémica, por correo electrónico, sobre el movimiento estudiantil en la revista Letras Libres, en septiembre de 2003. Es una lección de debate intelectual, apasionado, reflexivo, respetuoso. En uno de sus textos escribe Marcelino: “Y fue el amor por la libertad y la justicia el que nos llevó a las calles y a los auditorios. Lo que nosotros entendíamos, quisimos entender, por justicia y libertad. Lo que nosotros dijimos eran la justicia y la libertad. Finalmente, de nuevo, el objeto de amor es siempre dicho, inventado”.</p>
<p class="texto">Queridos cinco lectores, El Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén.</p>
<p class="texto"> </p>eltemibledanihttp://www.blogger.com/profile/12608542458574376036noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7487744792447377960.post-61867421011830015512022-11-09T23:44:00.005-06:002022-11-09T23:45:01.553-06:00¡Odio contra Luis González de Alba y Gonzalo Rivas!<div style="text-align: left;">publicado el 18 de noviembre de 2016 en «<a href="http://www.milenio.com/">Milenio Diario</a>»</div>
<p class="subtitulo">autor: Ricardo Alemán</p>
<p class="texto"> </p>
<p class="texto">¿Qué clase de información, opinión y análisis pueden esperar los lectores del diario <em>La Jornada</em> —sobre la entrega de la Belisario Domínguez a <strong>Gonzalo Rivas</strong>— si para directivos, articulistas, columnistas y editorialistas de ese diario no murió el escritor y activista <strong>Luis González de Alba</strong>?</p>
<p class="texto">¿Qué tratamiento periodístico han recibido y seguirán recibiendo lectores de <em>La Jornada</em> y ciudadanos en general sobre el caso del llamado “héroe de la gasolinera”, si para directivos, editorialistas y columnistas de <em>La Jornada</em>, <strong>Luis González de Alba</strong> no mereció una línea ágata?</p>
<p class="texto">Valen las preguntas porque si entre directivos, articulistas y columnistas de <em>La Jornada</em> se han impuesto como línea editorial no solo el odio, la mezquindad y el pensamiento único, no se puede esperar otra cosa que odio, mezquindad y —sobre todo— el tufo estalinista que impregnan en el tratamiento “periodístico” del llamado “héroe de la gasolinera”, a quien el Senado distinguió con la Medalla Belisario Domínguez.</p>
<p class="texto">Pero el asunto se complica aún más si recordamos que el inmortal <strong>Luis González de Alba</strong> —inmortal no solo por su obra sino porque, según <em>La Jornada</em>, “el odiado” <strong>Luis</strong> no ha muerto— fue el principal promotor de que el Senado entregara la Belisario Domínguez a <strong>Gonzalo Rivas</strong>.</p>
<p class="texto">Y por lo visto y leído, directivos, editorialistas y columnistas de <em>La Jornada</em> heredaron a <strong>Gonzalo Rivas</strong> el odio que exhibieron hacia <strong>Luis González de Alba</strong>.</p>
<p class="texto">Y es que —como saben— el diario <em>La Jornada</em> escatimó hasta un elemental responso a uno de sus fundadores y colaborador destacado, <strong>Luis González de Alba</strong>, quien en vida cometió “el pecado capital” de criticar el estalinismo de los directivos de <em>La Jornada</em>.</p>
<p class="texto">Además denunció la farsa y el plagio de <strong>“Elenita” Poniatowska</strong> sobre el crimen de Estado de 1968 y cuestionó que ese diario fuera entregado al interés partidista y electorero de <strong>López Obrador</strong>.</p>
<p class="texto">Y si directivos, funcionarios, articulistas y columnistas de <em>La Jornada</em> escatimaron siquiera mencionar la muerte de <strong>González de Alba</strong> —estampa de miseria humana que los retrata de cuerpo completo–, qué esperar sino nuevas expresiones de miseria humana en el tratamiento periodístico del caso <strong>Gonzalo Rivas</strong> y la entrega de la Belisario Domínguez.</p>
<p class="texto">Por eso, en <em>La Jornada</em> dicen que “el héroe de la gasolinera” no es tal; dicen que se trata de una campaña de odio contra esos “mexicanos ejemplares” que son los normalistas de Ayotzinapa; dicen que las verdaderas víctimas son los normalistas y dicen que la Belisario Domínguez a <strong>Gonzalo Rivas</strong> es otra horrible campaña de la mafia del poder contra “el México bueno”.</p>
<p class="texto">Lo curioso es que en el Senado y en medios como <em>La Jornada</em>, aquellos que cuestionan la Belisario Domínguez a <strong>Gonzalo Rivas</strong> son parte de la claque de <strong>AMLO</strong>; el grupo político que pactó la imposición de los <strong>Abarca</strong> en la alcaldía de Iguala, los mismos que niegan rabiosos que directivos y líderes de la Normal de Ayotzinapa eran parte del crimen organizado —a pesar de las evidencias—, y son los mismos que aplauden el vandalismo, la destrucción de la democracia e impulsan la implantación en México de dictaduras, como la venezolana de <strong>Maduro</strong> y la cubana de los <strong>Castro</strong>.</p>
<p class="texto">Lo simpático es que directivos de <em>La Jornada</em>, articulistas y columnistas pelean con imaginarios molinos de viento, inventan supuestas mafias del pensamiento plural —como si la diversidad de pensamiento no fuera pilar de la democracia— y hasta reivindican su pertenencia al estalinista pensamiento único.</p>
<p class="texto">No sorprende, por tanto, que al tiempo que cuestionan y rechazan la entrega de la Belisario Domínguez a <strong>Gonzalo Rivas</strong>, los mismos directivos, articulistas y columnistas de <em>La Jornada</em> defienda lo indefendible; a mafias magisteriales y al crimen metido en las normales rurales, como la de Ayotzinapa y hasta ignorar que <strong>AMLO</strong> impuso a los <strong>Abarca</strong> en Iguala, a sabiendas de sus vínculos criminales.</p>
<p class="texto">Nada dicen de las evidencias de que la familia <strong>Abarca</strong> aportó dinero en efectivo para la política del PRD y del grupo político de <strong>AMLO</strong>. Nada dicen de las evidencias de que los <strong>Abarca</strong> compraron la alcaldía de Iguala y que, por ello, fueron impuestos, a pesar de las denuncias de corrupción.</p>
<p class="texto">Y tampoco sorprende que votaran en contra de que <strong>Gonzalo Rivas</strong> fuera reconocido con la Belisario Domínguez los senadores adictos a <strong>AMLO: Layda Sansores, Manuel Bartlett</strong> y <strong>Mario Delgado</strong>.</p>
<p class="texto">Periodismo de consigna y odio.</p>
<p class="texto">Al tiempo.</p>
<p class="texto"> </p>eltemibledanihttp://www.blogger.com/profile/12608542458574376036noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7487744792447377960.post-23357268558007253072022-11-09T23:41:00.002-06:002022-11-09T23:42:15.443-06:00Luis González de Alba<div style="text-align: left;">publicado el 06 de octubre de 2016 en «<a href="http://www.milenio.com/">Milenio Diario</a>»</div>
<p class="subtitulo">autor: Víctor Reynoso</p>
<p class="texto"> </p>
<p class="texto">Murió Luis González de Alba. Aunque su obra escrita es meritoria, y digna de ser leída y releída, el personaje que fue opaca al autor. Su homosexualidad, su iconoclastia y su suicidio ponen en segundo plano sus textos. Su aporte como figura pública es más visible que su aporte como escritor.</p>
<p class="texto">Para mi generación, quince años menor que la de González de Alba, fue el primer escritor que hizo pública su homosexualidad. La aceptó sin culpa aunque con cierta sorpresa: me doy cuenta que les gustó a algunas mujeres, sé que son hermosas, pero no me interesan, escribió o declaró alguna vez. La preferencia sexual, según esto, no es una opción. Es algo con lo que se nace y se crece.</p>
<p class="texto">Esta confesión en su momento fue un acto de valor, más o menos extraordinario. Y los que reconocíamos en él a un buen escritor y a un líder estudiantil honesto, preso por sus convicciones, nos dio la posibilidad de una mirada más amplia y más abierta. Nos facilitó también la posibilidad de aceptar al distinto. En lo generacional y en lo personal tengo que agradecer este aporte.</p>
<p class="texto">Recuerdo que alguna ocasión, cuando defendió una reforma en la UNAM que buscaba elevar el nivel académico, fue calificado por otro ex líder del 68 como "puto". Luis respondió: en nuestro país esa palabra tiene al menos dos significados, una referente a las preferencias sexuales, otra, a la baja calidad moral y a la ausencia de valor. La primera no la negó, declaró: soy homosexual y lo he reconocido. La segunda la rechazó. Y señaló que a quien sí le quedaba la calificación de falta de valor y de calidad moral era a su crítico, que cuando vio venir la represión al movimiento estudiantil huyó del país y se mantuvo en un cómodo exilio familiar por varios años.</p>
<p class="texto">Se atrevió a criticar a escritores intocables en nuestro medio. Desacralizó con ello a autores que casi conforman un santoral laico, como Carlos Monsiváis y Elena Poniatowska.</p>
<p class="texto">Cerró su vida como vivió, con una decisión polémica. El suicidio es un buen ejemplo de cómo los seres humanos hemos visto y vemos un mismo hecho de maneras tan distintas. Para algunos, quitarse la vida es un acto vil y cobarde. Para otros, de valentía extraordinaria. La mayoría de las tradiciones religiosas lo condenan, a veces con una crueldad incomprensible.</p>
<p class="texto">En un país donde se lee poco y cada vez menos casi nadie se habrá enterado de la vida, obra y actitudes de Luis González de Alba. Es probable que algunos de los enterados lo odien. En lo personal creo que el mundo, o el mundillo en el que influyó como escritor y como personaje, es mejor de lo que sería si él no hubiera vivido.</p>
<p class="texto"> </p>eltemibledanihttp://www.blogger.com/profile/12608542458574376036noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7487744792447377960.post-8723848115027809292022-11-09T23:38:00.005-06:002024-02-02T22:39:16.426-06:00Podcast: A pie de página<p class="texto"> </p>
<p class="texto">Hace años escuché un programa de radio (en internet) en que analizan el libro "No hubo barco para mí" <a href="https://www.podomatic.com/podcasts/b3377/episodes/2014-07-31T10_19_53-07_00">(escuchar aquí)</a> de Luis González de Alba.</p>
<p class="texto">Después de escucharlo decidí escribir un texto que comentaba lo dicho por los "analistas".</p>
<p class="texto">Lo reescribo aquí tal cual lo envié, sin correcciones ni enmendaduras (fue en enero del 2014):</p>
<p class="texto"> </p>
<p class="subtitulo">(Inicio)</p>
<p class="texto">A la atención de los señores Enrique Pimentel y Sergio Guillermo, conductores del programa "A pie de página (Episodio 132. 'No hubo barco para mí' de Luis González de Alba)" fecha 2013-11-09.</p>
<p class="texto">Mientras transcurría el audio recordé varios datos que ahora les quiero compartir.</p>
<p class="texto">Aclaro que no he leído el libro que ustedes analizan. Así que mis comentarios están basados en las palabras e ideas que se escuchan en el audio.</p>
<p class="texto">Los hechos que ustedes mencionan ya los conozco por haberlo leído varias ocasiones en artículos de Luis González de Alba (LGdA), escritos en varios medios como la Jornada, La Crónica de hoy, Letras Libres, Nexos, Milenio Diario. Tengo la certeza que el autor no va a cambiar ni los datos ni sus ideas expresadas repetidamente a lo largo de los años en ésos medios, para reescribirlos "transformados" en el libro "no hubo barco para mí". Así que, con respeto les comento varios errores que cometieron al analizar el libro. Van apuntados por los minutos transcurridos a partir de comenzar el audio.</p>
<p class="texto">05.08 : "... del dos de octubre de 1968, ehh, la policía, aprehende a los líderes de diversas ..."</p>
<p class="texto">La policía no efectuó la aprehensión de los líderes del consejo nacional de huelga (CNH), sí fue el ejército, principalmente la realizó el 'batallón olimpia'. La policía entró en contacto con los líderes hasta la madrugada del día 3 de octubre.</p>
<p class="texto">05.47 : "... el dos de octubre de 1968 los aprehenden y los llevan a Lecumberri, en donde a todos los ponen en una celda ..."</p>
<p class="texto">El 2 de octubre de 1968 aprehendieron a los líderes, pero no los llevaron a Lecumberri sino al campo militar número 1.</p>
<p class="texto">10.40 : "... él estaba encargado de una sección de ciencia, ¿no? y que durante creo más de 10 años, estuvo publicando semanalmente está sección ..."</p>
<p class="texto">Mientras LGdA escribió en la Jornada nunca estuvo "encargado de una sección de ciencia". Sí fue articulista de la sección ciencia, misma que fue dirigida por Javier Flores.</p>
<p class="texto">11.36 : "... independientemente de que en su juventud fueron compañeros, iban codo a codo luchando por la revolución ¿no? ..."</p>
<p class="texto">Por la diferencia de edades entre Carlos Monsiváis y LGdA no es posible que fueran compañeros "en su juventud".</p>
<p class="texto">En 1968 Carlos Monsiváis no tenía edad para ser estudiante, él se integró a los maestros e intelectuales que apoyaban al CNH (Consejo Nacional de Huelga).</p>
<p class="texto">11.51 : "... Luis González de Alba hizo la afirmación: es Carlos Monsiváis o yo. A lo que la directora dijo: pues sabes qué, con todo respeto te vas y Carlos Monsiváis se queda ..."</p>
<p class="texto">LGdeA no puede hacer ni a hecho tal afirmación, y tampoco Carmen Lira le contestó: "con todo respeto te vas y Carlos Monsiváis se queda". LGdA nunca tuvo una comunicación con Carmen Lira en la que le diera a elegir entre Carlos Monsiváis y él.</p>
<p class="texto">La comunicación que sí ocurrió, fue entre Carlos Monsiváis y Carmen Lira. Javier Flores (jefe de la sección ciencia) la describió más o menos así: Monsiváis llamó a Carmen, furioso, a las ocho de la mañana, y le exigió: o Luis o yo.</p>
<p class="texto">14.01 : "... bueno, me gustaría ahondar un poco en esto de la expulsión del diario de la Jornada. Él se supone que se había encargado de, de... publicar algunos artículos, que conmemoraban el movimiento del 68. Entonces, estos artículos disgustan a Carlos Monsiváis por lo que representaba el contenido de estos, y Carlos empieza a lanzar, emm, una ofensiva contra Luis González de Alba, pero sin decir su nombre, simplemente como indirectas ..."</p>
<p class="texto">Esto que mencionan fue en 1993 y no fue la causa de lo que en su programa llaman "expulsión del diario de la Jornada". El despido de LGdA de la Jornada ocurrió en 1997, por otro motivo, que señalo más abajo.</p>
<p class="texto">Tampoco fueron varios los artículos, "que se supone", fueron publicados por LGdA, fue uno: "La fiesta y la tragedia", publicado en Nexos, recordando los 25 años del movimiento estudiantil. Este artículo fue el que causó la molestia de Carlos Monsiváis, y al que hacía alusión mediante frases como: "Hay quién anda diciendo..." sin mencionar el nombre y apellidos de LGdA.</p>
<p class="texto">14.38 : "... La directora en ese momento Carmen Lira, decide censurar lo queeeee, lo que Carlos, lo que Luis González expresaba ... ... Esto fue en el año de 1993 ..."</p>
<p class="texto">En 1993 Carmen Lira no era directora de la Jornada, todavía. Ése año el director fue Carlos Payán.</p>
<p class="texto">15.00 : "... y en el año de 1997 es cuando ya viene la expulsión de Luis González de Alba porque en este mismo año Luis González de Alba había demandado a Elena Poniatowska ..."</p>
<p class="texto">1. En octubre de 1997 LGdA solicita en "para limpiar la memoria" a Elena Poniatowska las correcciones de su libro "La noche de Tlatelolco". Es a causa de la publicación de éste artículo, que Carlos Monsiváis exige a Carmen Lira la expulsión de LGdA de la Jornada, y lo consigue. La respuesta de Poniatowska a la solicitud de LGdA fue silencio.</p>
<p class="texto">2. En diciembre de 1997 LGdA demandó ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor lo que había solicitado a Elena Poniatowska.</p>
<p class="texto">Entonces, no es verdad que "viene la expulsión de Luis González de Alba porque en este mismo año Luis González de Alba había demandado a Elena Poniatowska". Ustedes confunden la cronología de los eventos: primero sale LGdA de la Jornada y dos meses después "viene" la demanda a Poniatowska.</p>
<p class="texto">A partir del minuto 13.00 en el intervalo que termina en el minuto 21.40, sus comentarios me provocaron desazón. Los dos se embrollan en una serie de ideas atropelladas salpicadas de datos, sin seguir la cronología de los hechos. Las afirmaciones que hacen durante esos minutos me deja la certeza que ambos conductores sólo hojearon el libro sin leerlo.</p>
<p class="texto">Una duda que me surge de esto último es: me harían el favor de indicar en qué página o páginas, del libro, utiliza LGdA la referencia "tergiversar" para indicar lo realizado por Elena Poniatowska sobre el trabajo de "Los días y los años". Constantemente usan la palabra, misma que nunca he leído a LGdA en sus varios artículos cuando señala los cambios efectuados por Poniatowska. Ustedes la repiten a lo largo de su programa, así que seguro al menos en una página LGdA la utiliza.</p>
<p class="texto">Las aseveraciones que hacen los conductores durante el resto de programa, prefiero no comentarlas, no quiero dejarles la impresión que les estoy buscando pleito.</p>
<p class="texto">A manera de opinión personal sobre el programa en general, termino citándolos: 54.50 : "... Luis González de Alba, el autor, Ediciones cal y arena, a la cual le agradecemos nuevamente por brindarnos esta obra sin la cual no pudiéramos estar analizando ¿no? ésta obra de Luis González de Alba. No queda más ..."</p>
<p class="texto">Al terminar de escuchar el programa, no pude entender porqué los conductores para realizar un "análisis" del libro utilizan con tanta facilidad referencias como: "resentimiento", "rencor", "ataque", "enojo", "desprecio", "incongruente", "desesperanza", "afectado emocionalmente", que menos que un análisis al libro las entiendo como diatriba dirigida hacia la persona de LGdA.</p>
<p class="texto">***</p>
<p class="texto">Comentario aparte:</p>
<p class="texto">Dice Enrique Pimentel en el minuto 51:09 "... también lo comentábamos antes de grabar, que bueno, osea, de escribir en un periódico que se considera tradicionalmente de izquierda como era la Jornada, terminó orita publica en el periódico el milenio que se considera tradicionalmente que es un periódico de derecha".</p>
<p class="texto">Enrique, te comento que Pablo Gómez (ex líder del CNH, hombre considerado tradicionalmente de izquierda, militante y eterno funcionario público de partidos considerados de izquierda) también escribió en la Jornada, hasta el día que fue censurado por la directora Carmen Lira (el artículo trataba acerca de <a href="http://www.jornada.unam.mx/1999/11/16/correo.html">una transa hecha por AMLO</a>), razón por la que renunció a seguir escribiendo en tal diario.</p>
<p class="texto">Pablo Gómez, al igual que LGdA, "terminó" publicando "en el periódico el milenio que se considera tradicionalmente que es un periódico de derecha". Y también publican sus artículos en ése periódico Epigmenio Ibarra y Ricardo Monreal, ambos dicen pertenecer a la izquierda representada por AMLO. Y también Marco Rascón, que por criticar a AMLO desde la Jornada tuvo que abandonarla y "terminó" en Milenio.</p>
<p class="texto">Mi interrogante es: ¿qué tiene de cuestionable, importante, o reprochable que LGdA escriba en Milenio? Las razones por las que señalas tal dato de LGdA ¿también son extensivas para Pablo Gómez, Epigmenio Ibarra, Ricardo Monreal y Marco Rascón?</p>
<p class="texto">Les agradezco la atención prestada a estas palabras.</p>
<p class="texto">Su servidor E. Daniel Galván Antonio.</p>
<p class="texto">P.S. Los invito cordialmente a visitar el blog que talacheo. http://temibledani1lga.blogspot.com</p>
<p class="subtitulo">(Fin)</p>
<p class="texto">La primera respuesta a estos comentarios la recibí el 17/01/14. Y dice:</p>
<p class="texto">“Hola Daniel, me llamo Alfonso Ochoa Hofmann, soy coordinador del proyecto y te pido me des una semana para que los dos chavos aclaren o en su caso corrijan tanto en un episodio como por texto (en este post) todas tus pertinentes aclaraciones, muchas gracias.”</p>
<p class="texto">La repuesta de los “dos chavos” <a href="https://www.podomatic.com/podcasts/temdani/episodes/2020-10-26T21_25_59-07_00">se puede escuchar en este lugar</a>.</p>
<p class="texto">Esto sucedió hace años y, al igual que en ese momento, me parece que su análisis del libro fue un pretexto para denostar y descalificar al autor, simplemente por no compartir sus ideas. Y peor aún, por su respuesta a mi carta, me parece que los dos “analistas” no leyeron el libro.</p>
<p class="texto">Saludos a toda la comuna Y gracias por haber llegado hasta este final.</p>
<p class="texto"> </p>
eltemibledanihttp://www.blogger.com/profile/12608542458574376036noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7487744792447377960.post-30712039729493857442021-09-06T09:25:00.005-05:002021-09-06T09:26:26.607-05:00Luis González de Alba: 2 de octubre para siempre<div style="text-align: left;">publicado el 02 de octubre de 2017 en «<a href="http://www.milenio.com/">Milenio Diario</a>»</div>
<p class="subtitulo">autor: Héctor Aguilar Camín</p>
<p class="texto"> </p>
<p class="texto">“No espero nada, no temo nada. Soy libre”. Esta frase de Niko Kazanzakis resume al Luis González de Alba que conocí, quizá el hombre más libre de México.Se quitó la vida hoy hace un año con una premeditación vecina de la autonomía frente a la muerte.</p>
<p class="texto">La premeditación de su muerte empezó un año antes con su libro <em>Mi último tequila</em>, una memoria del amor nunca cumplido por un contemporáneo, Pepe Delgado, al que no podía gustarle Luis, porque le gustaban los jovencitos.</p>
<p class="texto">Fue la última cosecha de un autor que fundió su escritura con su vida, su lucidez con sus pasiones, su voz pública con la crítica de las mentiras de nuestra historia y los credos de nuestra izquierda.</p>
<p class="texto">En la vida pública fue un iconoclasta. En su vida privada fue un homosexual exuberante, inmune por años al Sida, marcado a hierro, sin embargo, por la intensidad de unos cuantos amores.</p>
<p class="texto">Fue sibarita y melómano, novelista y memorialista, traductor de Cavafis y de otros poetas griegos, poeta él mismo, divulgador científico, propietario pionero de dos bares gay en Ciudad de México: <em>El vaquero</em> y <em>El taller</em>.</p>
<p class="texto">Durante 2016 puso en orden su herencia, que legó a su sobrino Adrián, y su obra, que entregó a Cal y Arena.</p>
<p class="texto">La noche del 4 de agosto escribió la columna que debía publicar MILENIO el 2 de octubre de ese mismo año. La tituló, con oscura ironía: “<a href="https://temibledani1lga.blogspot.com/2018/07/milenio20161002sd.html">Podemos adivinar el futuro</a>”.</p>
<p class="texto">La extraña columna terminaba con una súplica críptica a Pepe Delgado, parodia del último verso de <em>Muerte sin fin</em> “<em>¡Ven por mí! ¡Anda, cabroncito del color canela, anda, vámonos al diablo!</em>”.</p>
<p class="texto">La noche del 1 de octubre Luis pidió a su hermana que viniera a inyectarlo al día siguiente, a las 10. Pasó la noche enviando correos. Su editor de Cal y Arena, Alberto Román, recibió uno a las 5 de la mañana diciéndole que se iba a Poros.</p>
<p class="texto">Luego, Luis puso en su mano izquierda una foto de Delgado y en derecha una pistolita italiana con la que se disparó certeramente en el pecho.</p>
<p class="texto">Su hermana lo encontró por la mañana con la foto en la mano y la pistola a un lado.</p>
<p class="texto">(En Nexos de octubre: Adrián González de Alba: “El epitafio de Luis” http://bit.ly/2ygTnmp).</p>
<p class="texto"> </p>eltemibledanihttp://www.blogger.com/profile/12608542458574376036noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7487744792447377960.post-52506830832650483242021-09-06T08:58:00.005-05:002021-09-06T08:58:59.091-05:00La terquedad de la memoria<div style="text-align: left;">publicado el 13 de febrero de 2017 en la revista «<a href="http://www.nexos.com.mx/">nexos</a>»</div>
<p class="subtitulo">autor: José Woldenberg</p>
<p class="texto"> </p>
<p class="texto">Luis González de Alba. <em>Tlatelolco aquella tarde</em>. Cal y Arena. México. 2016. 130 págs.</p>
<p class="texto">En efecto, aquella tarde, la del 2 de octubre de 1968, marcó la vida de Luis González de Alba. La de él y sus compañeros, los que participaron en las movilizaciones estudiantiles de aquel año. Pero no solo a ellos, sino a varias de las generaciones que los sucedieron... y al país. Después de esa fecha México no fue el mismo. Los hijos privilegiados de las políticas post revolucionarias, los que estudiaban en los grandes centros de educación superior públicos (aunque también en algunas universidades privadas), ahogados por el verticalismo, la arbitrariedad y el autoritarismo, reaccionaron contra los abusos del poder, plantearon un pliego petitorio y realizaron unas movilizaciones masivas que la paranoia gubernamental no pudo procesar de manera medianamente civilizada. Se abrió entonces una herida, una ruptura entre los jóvenes universitarios y el (los) gobierno (s).</p>
<p class="texto">Luis fue un hombre obsesionado con aquellos acontecimientos, aunque de manera clara y rotunda siempre se reveló contra la posibilidad de quedar atrapado en y por ellos. No quiso convertirse en una estatua viviente, en un ícono del 68, por el contrario, a lo largo de sus días pretendió y logró forjar una biografía –y una biografía intelectual- que quedó plasmada en novelas, poemas, artículos de difusión, testimonios, libros. Luis fue también un hombre obsesionado con la verdad. Y en el caso de aquella tarde, de manera subrayada. Se reveló contra todo tipo de distorsiones, medias verdades, mitificaciones. Y él, como testigo y sobreviviente, tenía una versión que –insistió- debía ser escuchada y ponderada.</p>
<p class="texto">El libro, que reúne textos de diferentes épocas, puede leerse como un texto decantado por el tiempo. Y como el testimonio de un autor, que contra viento y marea, defiende su verdad. Porque sabe que ella es intransferible (lo que él vio y vivió, solo él lo vivió y vio), que no debe ser maquillada ni trucada. El libro, entonces, también puede leerse como una especie de testamento, “nadie me lo contó: la última y nos vamos”, dice en el “aviso” de entrada Luis y hoy sabemos, por desgracia, en lo que estaba pensando.</p>
<p class="texto"><em>Tlatelolco aquella tarde</em> contiene un muy buen y expresivo híper resumen de los acontecimientos de 1968. O de cómo lo que se inicia como un pleito entre estudiantes se convierte en una auténtica tragedia. Esa puerta de entrada le ayuda a Luis a contextualizar los acontecimientos de la tarde-noche aciaga.</p>
<p class="texto">Luis, como representante de la Facultad de Filosofía y Letras al Consejo Nacional de Huelga (CNH), estaba en el balcón del tercer piso del edificio Chihuahua. Su testimonio invariable fue lo que vio y sufrió. Luego de las bengalas lanzadas desde un helicóptero, empezó la balacera. Un grupo de jóvenes, con el cabello corto, un guante blanco en la mano, y que luego se sabría formaban parte del Batallón Olimpia, irrumpieron en la tribuna y desde ahí dispararon. La tesis de Luis: el ejército no sabía de la existencia de ese operativo y por ello disparaba hacia el tercer piso, y los jóvenes del Batallón Olimpia gritaban a voz en cuello tratándose de identificar para intentar que el ejército no disparara más sobre ellos. Lo que él constató fue “la absoluta desorganización, la falta de mandos, la enorme confusión entre los primeros agresores, de civil, y la tropa regular, de verde. Los soldados siempre pensaron que desde arriba les disparábamos nosotros, los estudiantes...”. La pregunta que acompañó a Luis a lo largo de los años fue “¿Quién y sobre todo por qué, para qué, lo hizo?”. Son preguntas abiertas que reclamaban una reconstrucción puntual de los hechos. Una reconstrucción que debía (debe) apartarse de las versiones sin fundamento y por supuesto de las mentiras, como la oficial inicial, que deseaba culpar a los estudiantes de la masacre, acusándolos de haber disparado contra el ejército. “Los francotiradores de guante blanco y ropa de civil, primeros en disparar, cayeron en pánico, desconcertados por el hecho, a todas luces explicable, excepto para ellos, de que el Ejército les respondiera el fuego; sin duda eran disparos que no esperaban... Y eso únicamente se explica si creían ser parte de una operación coordinada por la Secretaría de la Defensa... y no lo era”.</p>
<p class="texto">Luis narró varias veces, con detalle y consistencia, su experiencia el 2 de octubre (en el libro aparecen varios de esos textos). Y no es difícil comprender el auténtico infierno que vivió. Recordó la entrevista que un día antes sostuvieron los representantes estudiantiles (Gilberto Guevara, Anselmo Muñoz y él) con los del gobierno (Andrés Caso y Jorge de la Vega Domínguez) y lo que él considera, retrospectivamente, una especie de camisa de fuerza para los propios estudiantes: la demanda del diálogo público. Pero esa rendija de diálogo, pequeña rendija si se quiere, sin duda hizo más difícil comprender lo que sucedió apenas un día después.</p>
<p class="texto">Luis informa que una vez que fueron desnudados, golpeados y apresados (sería mejor decir, secuestrados), bien entrada la noche, se seguían escuchando disparos. “Ya no eran fuego nutrido, pero las detonaciones aisladas seguían”. Él mismo se pregunta ¿quiénes eran?, ¿de qué se trataba? Y casi 50 años después esas interrogaciones siguen abiertas.</p>
<p class="texto">Hay en los testimonios de Luis varios episodios conmovedores. Pero quizá los más entrañables son aquellos en los que diferentes soldados anónimos se compadecieron y le ayudaron. Aquel que le dio “melón de su rancho”, mientras lo sacaban de la plaza para llevarlo al Campo Militar número uno; el que le ofreció una cobija estando en su celda incomunicado o el del teniente que se golpeaba con el puño su propia mano, fingiendo que pegaba a Luis, para que los que escuchaban fuera creyeran que eso estaba sucediendo. La víctima sabe que reconocer esos actos de piedad por parte de los victimarios (que en estos casos, quizá también sean víctimas) es un acto de honradez intelectual que ayuda a comprender la complejidad de las situaciones, trascender las versiones en blanco y negro y entender los laberintos de eso que llamamos la condición humana. Se trata de un relato honesto, sin afeites, sin exageraciones, sin ganas de construir héroes. Y conste que en buena medida lo fueron.</p>
<p class="texto">El testimonio también contiene una reflexión sobre cómo una fórmula de representación que coaguló en el Comité Nacional de Huelga (CNH), y que reivindicó siempre el lazo entre representantes y representados a través de elecciones, luego de la derrota, mutó de manera radical, en los llamados comités de lucha: que “nunca más volvieron a citar a elecciones”, que se volvieron autorreferenciales, cerrados, sin auténticos puentes de comunicación con la mayoría de los estudiantes, de tal suerte, dice Luis, se pasó de la “mini-democracia a la dictadura de los comités de lucha”. Una derivación no planeada ni pensada del 68 que acabó con la organización y representación de los estudiantes.</p>
<p class="texto">Luis reconstruye la forma en que escribió, en la cárcel, su libro clásico Los días y los años (ERA, 1971), cómo entró en contacto con Elena Poniatowska, como ella le pidió permiso para utilizar algunas partes en el relato coral de la matanza que quedaría plasmado en otro clásico, La noche de Tlatelolco (ERA, 1971). Y también, la forma y el por qué estalló entre ellos “una tormenta”. En 1997 Luis le demandó a Elena Poniatowska una revisión de su libro, porque en diferentes pasajes se le atribuía a diferentes personas dichos que no eran de ellos sino de otros. Por supuesto, algunas eran expresiones triviales, pero otras, simple y llanamente no podían ser, porque el “testigo” no había estado en el lugar que le hubiese permitido dar testimonio. Luis le proponía que a cada narrador se le asignaran “sus palabras”, porque por ejemplo el Búho, Eduardo Valle, no podía haber dicho lo que se le atribuía por la simple y definitiva razón que él estaba en otra parte. Era necesario, según su criterio, “una reedición, minuciosamente corregida e históricamente apegada a los hechos”. “Estoy solicitando a Elena que ponga en voces de quienes corresponde cada párrafo”. “No estoy acusando a Elena de plagio ni de fraude... Le estoy solicitando, única y exclusivamente, que atribuya a cada narrador sus palabras”. Elena Poniatowska –según la versión de Luis- le reclamó que presentara esa exigencia casi 30 años después y qué la hubiese hecha pública sin antes buscar algún arreglo entre ellos. Y ello selló un distanciamiento que se mantuvo por siempre. Hay que señalar, sin embargo, como lo hace el propio Luis, que luego de una demanda ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor, en 1998 las partes firmaron un acuerdo, “por el que ha quedado concluido el asunto de forma muy satisfactoria y civilizada, lo cual honra a Elena Poniatowska y a Ediciones ERA”. El acuerdo obligaba a incorporar a la obra las correcciones planteadas por Luis y desde 1999, La noche de Tlatelolco aparece con ellas. Luis no demandaba la reparación de algún daño patrimonial, sino que cada actor apareciera con su propia voz. Por su parte, Elena Poniatowska, sin dolo alguno, utilizó el material de Luis y otro que le entregó Raúl Álvarez Garín, para confeccionar un relato colectivo célebre sin darle mayor importancia a la correspondencia entre el “hablante” y lo que decía porque el objetivo era precisamente una recreación, a distintas voces, de los acontecimientos de Tlatelolco.</p>
<p class="texto">Luis fue para mí primero un compañero en los afanes por forjar un sindicalismo universitario democrático, luego un amigo entrañable y siempre un maestro, aunque fuera a distancia. Su heterodoxia, su aguda inteligencia e ironía, su capacidad de indignación y su enorme valentía para enfrentar lo que él consideraba consejas estúpidas, comportamientos dolosos y políticas indeseables, quedan ahí como un ejemplo de coherencia. Pero creo –también- que en ocasiones su ira lo nublaba. El trato a algunos de sus compañeros que tomaron rumbos que a Luis desagradaban y a la propia Elena Poniatowska, no solamente resultan demasiado severos, sino, en ocasiones, injustos.</p>
<p class="texto">Las fotos que acompañan al libro merecen unas palabras. Se trata de fotografías tomadas en Lecumberri. Un pasadizo hacia el pasado, a los días en que varias decenas de jóvenes fueron recluidos en el llamado Palacio Negro porque se habían atrevido a desafiar al poder presidencial, entonces reverenciado y temido. Ahí aparece un Luis joven, bigotudo, soñador o desdeñoso. En ninguna sonríe, como lo hacen algunos de sus compañeros. Tiempos difíciles, sin duda. Está acompañado de Félix Hernández Gamundi, Raúl Álvarez Garín, Arturo Zama, Félix Goded, Pablo Gómez, Eduardo de la Vega, y otros. Son un testimonio, cargado de nostalgia amarga, que recuerda que buena parte de las libertades que hoy se ejercen, son el resultado de los esfuerzos y penalidades de generaciones previas, entre las que sin duda destaca, la llamada del 68.</p>
<p class="texto">Revista de la Universidad de México, Nº 156, febrero de 2017</p>
<p class="texto"> </p>
eltemibledanihttp://www.blogger.com/profile/12608542458574376036noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7487744792447377960.post-78327861671628704292021-09-06T08:22:00.006-05:002021-09-06T08:24:49.907-05:00Tlatelolco<div style="text-align: left;">publicado el 07 de diciembre de 2016 en la revista «<a href="http://www.milenio.com/">Milenio Diario</a>»</div>
<p class="subtitulo">autor: Rafael Pérez Gay</p>
<p class="texto"> </p>
<p class="texto">Un grupo de escritores presentamos en la FIL de Guadalajara <em>Tlatelolco, aquella tarde</em> (Cal y Arena, 2016), el último libro que González de Alba editó con mano propia. Esas páginas reúnen los textos que a él le parecían centrales en su memoria, visión, recuento del 2 de octubre de 1968 y también del movimiento estudiantil que en muchos sentidos cambió el futuro de México.</p>
<p class="texto">A los textos nuevos los rodean crónicas que había escrito antes, pero que González de Alba corrigió y ordenó. En este sentido es un libro en rigor completamente nuevo. También y ante todo es un testamento sobre lo que Luis pensaba del movimiento estudiantil y sobre todo de la tarde del 2 de octubre de 1968. Reparo en esto: tarde y no noche de Tlatelolco. No dudo en que se convertirá en una referencia clave para quien quiera saber, lejos de la mitología, lo que ocurrió ese día negro.</p>
<p class="texto">La textura narrativa de <em>Tlatelolco, aquella tarde</em> se desprende de la memoria, el mejor tono de González de Alba cuando se internaba en el recuerdo. Sus ensayos más poderosos eran personales, ese momento en el cual un escritor se detiene, mira hacia dentro de sí mismo e inquiere a su propia alma. A ese empeño intelectual dedicó González de Alba una parte importante de su obra.</p>
<p class="texto">Ese género cuya frontera con el memorialismo apenas se distingue exige una prosa clara e intensa y una honestidad intelectual en la cual no se admiten sepulcros blanqueados, homenajes a ciegas; antes al contrario, ese género exige independencia de pensamiento y audacia. Esta es una de las lecciones interiores de <em>Tlatelolco, aquella tarde</em>.</p>
<p class="texto">Un antiguo relato jasídico cuenta que los misterios de toda una vida se encuentran cifrados en un día. Como una ráfaga esas horas se revelan en una luz meridiana.</p>
<p class="texto">La fuerza definitiva, la marca indeleble que el 2 de octubre dejó en los líderes del 68 me perturba pues aquellos jóvenes supieron con exactitud del día de esa leyenda jasídica, como si pudieran conocer el futuro o el día de su muerte. Luis González de Alba eligió ese misterio revelado para quitarse la vida. Revelación y recuerdo en una ceremonia del adiós.</p>
<p class="texto">Recuerdo esto de alguna discusión con González de Alba:</p>
<p class="texto">—Luis, no necesito ser psicólogo para saber que soy heterosexual.</p>
<p class="texto">—Nada sabes de ti— se rió.</p>
<p class="texto">No tenía razón, pero no tiene caso discutirlo en esta hora, pues él ya no está entre nosotros.</p>
<p class="texto"> </p>
eltemibledanihttp://www.blogger.com/profile/12608542458574376036noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7487744792447377960.post-16229467358293756912021-09-06T07:54:00.005-05:002021-09-06T07:55:32.067-05:00Adiós a Luis González de Alba<div style="text-align: left;">publicado el 24 de noviembre de 2016 en «<a href="https://estepais.com/">Este País</a>»</div>
<p class="subtitulo">autor: Federico Reyes Heroles</p>
<p class="texto"> </p>
<p class="texto"><strong>S</strong>ería pretencioso pero sobre todo falso decir que fuimos grandes amigos. No, pero sí nos conocimos hace muchos años cuando fundamos <em>La Jornada</em>. Desde entonces teníamos encuentros obligados, por ejemplo en las asambleas de la empresa en las que la voz de Luis siempre era esperada y apreciada. Con frecuencia nos encontrábamos en el edificio Balderas o en el estacionamiento de al lado. Teníamos otra gran coincidencia anímica, la UNAM.</p>
<p class="texto">Lúcido, muy informado, con una penetrante capacidad para desentrañar misterios del hombre, de la ciencia, de la historia, Luis borró para sí mismo el troquel, el cartabón, las etiquetas, y fue todo lo que quiso ser. Construyó su libertad paso a paso hasta el día de su muerte, de su suicidio. Parte del camino escogido, parte de su libertad.</p>
<p class="texto">Pero Luis era varios luises, el referente obligado del 68 que defendía una revisión crítica de lo que él vivió y de cómo lo vivió. Esa lectura incomodaba a muchos que preferían permanecer en el discurso oficial de la matanza sin abrir el menor resquicio a la duda. <em>Los días y los años</em> se convirtió en un texto irreverente pero obligado que enojó a muchos por quebrar verdades oficiales de uno y otro lado.</p>
<p class="texto">Luis era también el defensor de la diversidad sexual, pero no era un teórico. Él ejercía su derecho abiertamente y además facilitaba encuentros a los que estuvieran en esa opción vital. Por eso se lanzó a abrir locales nocturnos de vocación homosexual pública. Fue un pionero en su apertura personal y en ventilar la homosexualidad de manera frontal y con mucho humor.</p>
<p class="texto">Pasó la vida, Luis se fue a vivir a Guadalajara, por allá nos veíamos. Cuando decidí escribir <em>Orfandad</em> y en el archivo de Reyes Heroles me encontré los documentos que sustentaban la existencia de un ala negociadora encabezada por él —Reyes Heroles lo platicó mil veces, junto con Jorge de la Vega y Andrés Caso Lombardo—, busqué a Luis para platicar. Cenamos en un restaurante que Luis escogió y que frecuentaba. Fuimos los últimos comensales en dejar el lugar después de varias insinuaciones. Cruzamos información y la plática siguió por correo electrónico.</p>
<p class="texto">Cuando Luis de la Barreda, en la sesión de Consejo de octubre, sugirió un homenaje a su tocayo en las páginas de <em>Este País</em>, se me vinieron a la mente las pláticas más recientes que llevo en la memoria, la memorable cena que difícilmente puedo reproducir, pero también los correos que por allí andaban.</p>
<p class="texto">Nuestra única intención es compartir con los lectores parte de ese capítulo que lo pinta de cuerpo entero.</p>
<p class="texto"><em>Octubre 24, 2016</em></p>
<p class="texto"> </p>
<p class="texto">[Fragmento del intercambio epistolar entre Luis González de Alba y Federico Reyes Heroles, a propósito de la escritura de <em>Orfandad</em>]</p>
<p class="texto">Querido Luis:</p>
<p class="texto">Por fin te envío las cuartillas que aluden al asunto del 68, en las cuales apareces mencionado. Ojalá tuvieras tiempo de leerlas y, cualquier cosa, me puedes mandar un correo o llamar a casa, pues estaré trabajando todo el fin de semana en el manuscrito. Debo entregarlo la semana que viene. A ver qué te parece.</p>
<p class="texto">Un abrazo, Federico</p>
<p class="texto"> </p>
<p class="texto">Querido Federico:</p>
<p class="texto">Con gusto leeré las páginas que mencionas. Fui uno de los tres representantes del cnh, la mañana del 2 de octubre, para iniciar las negociaciones con Andrés Caso y Jorge de la Vega Domínguez. Los otros dos fueron Gilberto Guevara y Anselmo Muñoz (del Poli). Los vimos en casa del rector Barros Sierra porque ni ellos querían ir a la cu ni nosotros a una Secretaría de Estado... Para un necio, necio y medio. Quedamos en vernos al día siguiente, 3 de octubre, en La Casa del Lago que, si bien es dependencia universitaria, no lo parece mucho. Los tres estábamos presos esa mañana en el Campo Militar Número Uno... Siempre he guardado la convicción, íntima y sin datos, de que ellos no sabían lo que se preparaba a unas horas, esa tarde. Tampoco lo sabía la Defensa, eso sí lo he publicado en mis relatos del inicio de la balacera, pues ni siquiera me detuvieron, me quedé mirando cómo disparaban al azar sobre la gente, hasta que alguno se percató de que yo no traía guante blanco... Me confundieron...</p>
<p class="texto">Al respecto, encontré hace poco, entre mis cuadernos manuscritos con <em>Los días y los años</em>, unas hojas sueltas, escritas a lápiz y metidas en una bolsa de plástico: es mi primer relato, a unos meses de llegar a Lecumberri, del inicio de la balacera. Zedillo me contactó con la directora del Archivo General de la Nación, la doctora De Vega, y quedó de enviar a alguien, o venir ella, a Guadalajara, a llevarse todos los manuscritos para el Archivo. Así, lo que escribí en Lecumberri, volverá a Lecumberri. Quedamos en que sería en marzo, pero ya se acabó.</p>
<p class="texto">También tengo el cuaderno pautado donde escribí, letra y notas, mis canciones que acompañaba con guitarra los domingos, ninguna de banderas rojas ni parecida al Himno al pri de <em>Yasabesquién</em>. Son algo bobas, pero bonitas. La primera, “Hiroshima”, la compuse en el piano del auditorio Justo Sierra (que así se llama) y este 8 de agosto se cumplen 70 años de la bomba. Un joven amigo, gran tenor y magnífico músico, les está haciendo el arreglo armónico y espero que se estrenen este mes de agosto aquí en Guadalajara.</p>
<p class="texto">[...]</p>
<p class="texto">El “plan perfectamente coordinado” de los hechos del 2 de octubre me he cansado de rebatirlo (“El cronista sin crónica”, <em>Nexos</em>, “Perdóname, soldado, perdóname”, <em>Milenio</em>, entre los que recuerdo rápido): Lo que vi y viví a centímetros de distancia fue el terror en que cayeron los hombres de civil y guante blanco que, <em>tras iniciar los disparos sobre la plaza</em> y sorprenderse por la respuesta del Ejército (que a mí, tumbado con ellos en el suelo del tercer piso del Chihuahua, me parecía lo natural) debieron descubrir su nombre al (1) no llevar un teléfono militar de campaña; (2) percatarse de que si el Ejército les respondía el fuego era porque no estaba enterado de quiénes eran, y (3) tratar de hacerse oír entre la balacera con simples gritos: ¡Batallón Olimpia, no disparen!</p>
<p class="texto">Monsiváis, en su libro con Scherer, habla de perfecta coordinación <em>porque no estuvo allí</em>. No vio a los que comenzaron a disparar <em>entrar en pánico</em> al no saberse reconocidos por el Ejército regular, y tratar de identificarse como tropa sin éxito.</p>
<p class="texto">Un abrazo, Luis</p>
<p class="texto">[...]</p>
<p class="texto">Querido Luis:</p>
<p class="texto">Tu relato del desayuno en casa del rector cuadra perfectamente con las notas del archivo de mi padre. Como bien lo intuyes la impresión de Reyes Heroles era la de un doble discurso, doble realidad. Por un lado la instrucción expresa de negociar, la designación de los emisarios y después representantes oficiales, y el desconcierto ante lo ocurrido en Tlatelolco.</p>
<p class="texto">Te enviaré los materiales del archivo, pues hay varios capítulos previos que muestran cómo desde Bucareli y del ddf salieron provocaciones evidentes, claras, para generar violencia. El propio Reyes Heroles fue víctima de ellas en las instalaciones de PEMEX.</p>
<p class="texto">Ojalá te resulten interesantes dado que a tu conocimiento de los hechos es difícil agregar algo. Por cierto, me encantaría poder utilizar en mi libro algunos de los párrafos que me enviaste. ¿Tendrías algún, inconveniente?</p>
<p class="texto">Un abrazo, Federico</p>
<p class="texto"> </p>
<p class="texto">Querido Federico:</p>
<p class="texto">No sólo no tengo inconveniente en que uses los párrafos que quieras de lo que te he escrito, sino que te lo agradezco.</p>
<p class="texto">Aclaro: No fue <em>desayuno</em> en casa del rector. Llegó cada quien desayunado y nos prestó el rector su estudio. Pasó a saludarnos su hijo en elegante bata de casa y yo me sentí incómodo: intromisión en la intimidad de una familia. Recuerdo que había una especie de altar en un nicho, a la altura del suelo, con un gran colmillo de elefante tallado (un delito en la actualidad) y un bonito arreglo floral en el suelo. Nos sentamos en cómodos sillones individuales y la plática fue siempre tensa, pero acabó en “Nos vemos mañana”.</p>
<p class="texto">Abrazo, Luis.</p>
<p class="texto"> </p>eltemibledanihttp://www.blogger.com/profile/12608542458574376036noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7487744792447377960.post-47110599180771097522021-09-04T21:54:00.004-05:002021-09-04T21:55:40.759-05:00Último viaje a Poros<div style="text-align: left;">publicado el 01 de noviembre de 2016 en la revista «<a href="http://www.nexos.com.mx">nexos</a>»</div>
<p class="subtitulo">autor: Rafael Pérez Gay</p>
<p class="texto"> </p>
<p class="texto">La mañana del domingo 2 de octubre Luis González de Alba se quitó la vida. Lo encontró su hermana en la recámara de su casa de Guadalajara con una fotografía de Pepe Delgado, el amor de su vida, y una pistola que tenía sus huellas dactilares.</p>
<p class="texto">Antes de pegarse un tiro mandó un tuit anunciando que viajaría a Poros, la isla griega. Grecia se convirtió en la mente de González de Alba en el Edén perdido. Tuvo un restorán de comida griega y escribió una novela cuyo título está en el idioma de ese paraíso; bailaba danzas griegas que nunca entendí y dejó en el archipiélago legendario un recuerdo obsesivo de la dicha perdida con la muerte del amor, el paso del tiempo, la desilusión, la soledad, eso que llamamos vida y que al menos una vez todos hemos soñado con dejar de golpe ante la fuerza de las adversidades.</p>
<p class="texto">González de Alba no era un autor fácil, en el caso de que los haya en algún lugar del mundo. Se inconformaba con sus editores, se quejaba, muchas veces con razón, de que sus libros no tuvieran un lugar de privilegio en las librerías, cuidaba los detalles con inteligencia y un toque de mal humor.</p>
<p class="texto">El primer libro que Cal y arena le publicó a Luis González de Alba se llamó <em>La ciencia, la calle y otras mentiras</em>, en el año de 1989, una compilación de sus colaboraciones de divulgación científica en <em>La Jornada</em>, diario del que fue cofundador, articulista, animador y que no le dedicó una sola línea a la noticia de su muerte.</p>
<p class="texto">La generosidad no crece en la maceta del fanatismo.</p>
<p class="texto">La vieja querella con Elena Poniatowska y la desmitificación del movimiento estudiantil de 1968 pudo más que el deber periodístico. Recordé <em>El libro de la risa y el olvido</em> de Milan Kundera donde desaparecen de las fotografías, borrados con pulso estalinista, personajes no afectos al régimen comunista.</p>
<p class="texto">Cuando me dijo Héctor Aguilar que Luis estaba muerto recordé, como un fogonazo, la tarde en que Monsiváis llamó a mi casa para reclamarme que <em>nexos</em> hubiera publicado un artículo de González de Alba denunciando la utilización de pasajes de <em>Los días y los años</em> en <em>La noche de Tlatelolco</em> al menos con una libertad muy parecida al robo y la mentira.</p>
<p class="texto">Si hago un esfuerzo, recuerdo que Luis Miguel Aguilar, director de <em>nexos</em>, y yo, subdirector, estábamos en mi casa e íbamos y veníamos entre listas de autores y temas para la revista. Monsiváis al teléfono, su arma letal. Fue la única vez que Carlos me gritó. Entiendo que ya había tenido un encontronazo con Aguilar. Monsiváis me decía que Luis no tenía derecho a hacerle eso a Poniatowska. Sé que le contesté esto:</p>
<p class="texto">—Carlos: ¿vamos a hablar de derecho? Luis estuvo en la cárcel tres años y medio. ¿Te puedes imaginar lo que es eso? No puedes, porque nunca has estado en la cárcel, y qué bueno.</p>
<p class="texto">Se acabó entonces lo poco que quedaba de una relación editorial que había quedado atrás, en el viejo suplemento <em>La Cultura en México</em> de la revista <em>Siempre!</em> Pero me desvío, no tan a lo loco como pareciera, por cierto.</p>
<p class="texto">Con el tiempo y un ganchito, González de Alba y sus editores, Alberto Román y yo, empezamos a escribirnos a menudo y a hablar por teléfono para tratar asuntos relacionados con sus libros; quizá Luis no me tomaría a mal que yo dijera que acabamos entendiéndonos. Nada acerca tanto como la unanimidad del humor y del pensamiento.</p>
<p class="texto">Un día le dije que convendría que reuniera sus libros en Cal y arena. Como un rayo y una centella empezó a ordenar sus libros, a mandarnos cantidades de correos. Nos llevaba una gran ventaja: él sabía cuándo se quitaría la vida; nosotros, no.</p>
<p class="texto">Si revisamos las horas de envíos puede ser que el último correo que haya escrito Luis se lo enviara a Alberto Román. Pasaban de la cinco de la mañana del domingo, hora en que las personas más o menos normales dormimos; ellos, en cambio, estaban despiertos escribiendo correos. Luis le dijo entonces a Román que se iría de viaje a Poros.</p>
<p class="texto">Hablé por teléfono con él el lunes anterior al domingo de su suicidio. Me dijo que ya tenía la liberación de su libro sobre orientación sexual.</p>
<p class="texto">—Ya sé —le dije—. Ése es el libro en el que tratas de demostrar que todos somos bisexuales y, en un descuido, gays al borde de la acción homosexual —me reí.</p>
<p class="texto">Él también se rió y de inmediato contraatacó:</p>
<p class="texto">—Tú no sabes nada del asunto. He estudiado años el tema. Por lo demás a lo mejor sí… —se rió y dejó abierto el clóset, <em>su</em> viejo clóset, abandonado mil veranos atrás.</p>
<p class="texto">Hemos decidido publicar los correos que intercambiamos algunos días antes de su suicidio un poco para recordarlo, otro poco para repasar sus libros y sus deseos editoriales. En ellos puede leerse también, desde luego, cómo preparó Luis su último viaje a Poros.</p>
<p class="texto"> </p>
eltemibledanihttp://www.blogger.com/profile/12608542458574376036noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7487744792447377960.post-54159021469105901282019-06-05T21:45:00.002-05:002019-07-15T01:50:13.748-05:00Gonzalo Rivas no preguntó la causa<div style="text-align: left;">publicado el 25 de septiembre de 2016 en «<a href="http://www.milenio.com/">Milenio Diario</a>»<br />
columna: «<strong>se descubrió que...</strong>»</div>
<p class="texto"> </p>
<p class="texto"><em>Senador Roberto Armando Albores Gleason, Presidente de la Comisión de la Medalla Belisario Domínguez:</em></p>
<p class="texto">La candidatura de Gonzalo Miguel Rivas Cámara a la muy merecida Medalla Belisario Domínguez la objetan quienes ven en esa opción, inmejorable, una toma de partido contra los normalistas de Ayotzinapa, a quienes los testigos, entre ellos trabajadores de la gasolinera, vieron causar el incendio que habría volado los tanques subterráneos de gasolina y lanzado autobuses llenos de pasajeros, autos y transportes de carga por los aires con la carpeta asfáltica y las casetas secuestradas.</p>
<p class="texto">Digamos, sin conceder, que los testimonios no son suficientes y que la responsabilidad del incendio aún debe investigarse por la Procuraduría General de la República, ya que ocurrió en una vía federal.</p>
<p class="texto">A diferencia de esos objetores, Gonzalo no preguntó el origen del incendio, bien pudo ni siquiera ver el momento en que comenzó a arder la despachadora de gasolina: por los testimonios recabados entre los empleados es claro que Gonzalo trabajaba dentro de la oficina y con una computadora porque era ingeniero en sistemas.</p>
<p class="texto">Fue el comienzo del incendio lo que lo hizo salir a cerrar válvulas, buscar un extinguidor y dirigirlo contra el fuego. Cuando le estalló el bote de gasolina con que habían rociado la despachadora, puesto encima de ésta, Gonzalo quedó envuelto en llamas, pero ya había logrado evitar la explosión. No pudo apagar las llamas que lo estaban matando.</p>
<p class="texto">Si nos atenemos al Reglamento de la Orden Mexicana de la Medalla de Honor Belisario Domínguez, encontramos que su Artículo Octavo señala que “se conferirá en vida o de manera póstuma a los hombres y mujeres mexicanos que se hayan distinguido por su ciencia o su virtud en grado eminente, como servidores de nuestra Patria o de la humanidad”.</p>
<p class="texto">No hay mexicano que cumpla mejor tales requisitos: Gonzalo Rivas nació en Veracruz, Ver., el 1 de abril de 1962. Vivió sus últimos veinte años en Chilpancingo, Guerrero, donde tuvo domicilio en calle Ixquiapan número 108, Colonia Ixquiapan, tel. 7471 251692. Estudió ingeniería en sistemas.</p>
<p class="texto">El 12 de diciembre de 2011 una bomba de servicio de la gasolinera Eva, sobre la autopista México-Acapulco en el límite de Chilpancingo, quedó envuelta en fuego. No viene al caso detallar los motivos del incendio ni deslindar responsabilidades porque el acto heroico del trabajador Gonzalo Rivas es exactamente el mismo: mientras otros empleados ponían a salvo sus vidas, en riesgo por la explosión de los tanques subterráneos de esa gasolinera y la de enfrente, Gonzalo no dudó en apagar el fuego. Y lo consiguió.</p>
<p class="texto">Los mexicanos hoy vivos no habíamos visto un acto de heroísmo similar. Nuestros abuelos y bisabuelos tuvieron el ejemplo de Jesús García, el Héroe de Nacozari, Sonora, quien sacó de ese pueblo un tren cargado de explosivos y con las góndolas de madera incendiadas. Pagó con su vida.</p>
<p class="texto">También Gonzalo perdió la vida y de forma aún más cruel ya que agonizó tres semanas. No podemos atender voces mezquinas que desean dejar olvidado ese acto porque la Medalla parece condenar a los incendiarios. No digamos quién fue porque lo cierto es que no tenemos una investigación concluyente de la PGR.</p>
<p class="texto">Digamos, sin conceder, que aún no sabemos cómo dio inicio ese incendio. Pero de algo no hay duda: cómo terminó: un trabajador honesto y humilde, sin estar obligado ya que su trabajo eran las computadoras, evitó una masacre de proporciones incalculables. Y ese héroe humilde se llama Gonzalo Miguel Rivas Cámara. No ofrecerle el mayor reconocimiento que puede otorgar el Senado de la República a quien mostró “virtud en grado eminente como servidor de la Patria”, porque gente insaciable y con gran exposición pública en todos los medios se lo arrebata, nos deberá llenar de vergüenza.</p>
<p class="texto">Medalla BELISARIO DOMÍNGUEZ 2016 para Gonzalo Rivas Cámara, que salvó cientos de vidas a costa de la suya: #BelisarioParaGonzaloRivas</p>
<p class="texto">Crónica: <em>Los días y los años</em>, Planeta, el <em>68</em> y Tlatelolco en primera persona.</p>
<p class="texto"> </p>eltemibledanihttp://www.blogger.com/profile/12608542458574376036noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7487744792447377960.post-39165788812963146872019-06-05T21:44:00.003-05:002019-07-13T02:08:12.572-05:00Gdl, Alfaro, clausuras<div style="text-align: left;">publicado el 30 de septiembre de 2016 en «<a href="http://www.milenio.com/">Milenio Diario</a>»<br />
columna: «<strong>la calle</strong>»</div>
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<p class="texto">Quienes me conocen en la realidad real saben que fui dueño de bares en el DF. Escritor, poeta y campesino, pero también antrero. Por eso me sé el reglamento de insonorización: la música es para los clientes no para los vecinos.</p>
<p class="texto"><em>El Taller</em> era <em>discoteque</em> y, a pesar de estar en sótano, hice colocar en las paredes una pasta que absorbía el sonido. Regresé a Guadalajara y cuando este diario se llamaba <em>Público</em> y lo dirigía Diego Petersen escribí que el centro, o sus restos, moría sin remedio. Creo en la cultura del café, el cafecito de la cuadra. Y propuse llenarlo de pequeños cafés, bares, restoranes sencillos, para comer el <em>plato del día</em> con un vaso de vino y un café con un coñac. O nomás el vino, sin alimentos.</p>
<p class="texto">Una regidora panista del Sagrado Corazón arremetió en mi contra: si deseaba “reventarme” ya conocía la zona de antros tapatía. Dije que deseaba para mi ciudad lo contrario: no <em>zona roja</em>, sino ciudad civilizada.</p>
<p class="texto">En mi última mudanza me gustó una casa de renta pagable. Pero en la esquina un bar-restorán se anunciaba como <em>La Mitotera</em>. Me asustó, luego comprobé que no hacía honor al nombre: ni siquiera advertía si estaba abierto.</p>
<p class="texto">La finca la compró un rufián, un patán de aire <em>narco</em>, y tiró la casa, luego hizo una concha acústica ¡de lámina! hacia las dos calles de la esquina y puso altavoces. Se llama <em>Once</em> (no sé si 11 o “una vez”) en Vidrio y Unión. A 100 metros se oyen conversaciones en voz normal y la risa de caballo de una asidua. Los vecinos comenzaron a protestar. Recogían firmas una doctora de edad mediana y una pequeñita entrando a tercera edad. El rufián las amenazó.</p>
<p class="texto">Yo firmé, pero también hice llamadas: la vía mexicana de solución. Hace días fue clausurado. Ya descargan ladrillo para reconstruir paredes y poder insonorizar. Todo el centro está bajo revisión: clausuras para obligar a cumplir el reglamento. Bien hecho, alcalde Alfaro. Ni centro muerto ni insoportable.</p>
<p class="texto">Las Ramblas, en Barcelona, están llenas de bares, tiendas y restoranes sin protesta de los seis pisos de vecinos porque nadie tiene permiso de poner altavoces hacia la calle. ¿No podemos vivir igual?</p>
<p class="texto">Crónica: <em>Los días y los años</em>, Planeta, el <em>68</em> en primera persona.</p>
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eltemibledanihttp://www.blogger.com/profile/12608542458574376036noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7487744792447377960.post-22995289952088599172019-06-05T21:41:00.003-05:002019-07-15T01:49:26.174-05:00EPN: verdades y mentiras<div style="text-align: left;">publicado el 23 de septiembre de 2016 en «<a href="http://www.milenio.com/">Milenio Diario</a>»<br />
columna: «<strong>la calle</strong>»</div>
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<p class="texto">Soy terco: el candidato Peña Nieto no supo mencionar <em>tres libros que le hayan cambiado la vida</em>. Es falso que no supo dar tres títulos al azar. Mi respuesta fue: <em>ninguno</em>. No hay un libro cuya lectura me haya cambiado la vida.</p>
<p class="texto">Hay uno que me cambió la vida al escribirlo: <em>Los días y los años</em>, mi narración del movimiento estudiantil del 68, porque me convirtió en escritor. Pero tres lecturas no cambian la vida de nadie, salvo por iluminación.</p>
<p class="texto">Lo que entonces me aterró es lo que estamos comprobando: la absoluta falta de tablas del candidato priista para salir del paso.</p>
<p class="texto">Esa trivialidad anunciaba el des-peñadero. Fue el gran triunfador de las atoradas reformas urgentes para el desarrollo de México. Pero le bastó Ayotzinapa y tropezó. Resulta incomprensible: el caso de los 43 jóvenes desaparecidos lo resolvió.</p>
<p class="texto"><em>Quién</em>: El alcalde perredista de Iguala y su mujer eran capos de los narcos <em>Guerreros Unidos</em>. Sus enemigos mortales son <em>Los Rojos</em>. Una mañana llegaron éstos para asesinar cabecillas de <em>Guerreros Unidos</em> a los que buscaron en un lava-coches. El alcalde supo que por la noche habían vuelto <em>Los Rojos</em>. Error: eran normalistas de Ayotzinapa.</p>
<p class="texto"><em>Cómo</em>: Con sus policías municipales ordenó la detención de los supuestos <em>rojos</em>. La policía de Iguala los entregó a <em>Guerreros Unidos</em> y éstos los asesinaron.</p>
<p class="texto"><em>Cuándo</em>: La noche del 26 al 27 de septiembre los llevaron, aventados como bultos, al basurero de la cercana Cocula donde los incineraron.</p>
<p class="texto"><em>Por qué</em>: Porque los creyeron parte de <em>Los Rojos</em> y al menos uno sí lo era. Los datos que confirman estas líneas llenan 50 volúmenes.</p>
<p class="texto">Están detenidos el alcalde incitador y su mujer, policías que apresaron a los jóvenes, <em>narcos</em> que los ejecutaron y <em>narcos</em> autores intelectuales: más de cien presos.</p>
<p class="texto">Y el Presidente Peña le da el caso a revisar a sus enemigos...</p>
<p class="texto">Medalla BELISARIO DOMÍNGUEZ 2016 para Gonzalo Rivas Cámara, que salvó cientos de vidas a costa de la suya:<em>#BelisarioParaGonzaloRivas</em>.</p>
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eltemibledanihttp://www.blogger.com/profile/12608542458574376036noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7487744792447377960.post-8402921239533855222019-06-05T21:40:00.001-05:002019-07-15T01:48:59.665-05:00Prefiero un hijo caníbal que gay<div style="text-align: left;">publicado el 18 de septiembre de 2016 en «<a href="http://www.milenio.com/">Milenio Diario</a>»<br />
columna: «<strong>se descubrió que...</strong>»</div>
<p class="texto"> </p>
<p class="texto">Por si no bastara la enorme variación que la familia “natural” tiene según cada pueblo, cultura y época, la Madre Naturaleza presenta todavía mayor variedad en cuanto a definición de <em>familia</em>.</p>
<p class="texto">Es natural que la hembra se coma al macho después de copular si es viuda negra o <em>Mantis religiosa</em> (sé de casos en humanos). Es natural que un hervidero de peces, machos y hembras, arrojen semen y óvulos al agua y se fecunden con el fiestorrón. Es natural que el cucú ponga sus huevos en nido ajeno para que los empolle otra madre, y que al nacer, como son más grandes, arrojen a empujones del nido a los hijos verdaderos.</p>
<p class="texto">El pez espino de mar (no confundir con espinos de las rocas), cuando es macho de poco tamaño, sigue toda la conducta femenina para atraer un macho grande. En general, los peces tienen escasa discriminación sexual: entre machos del <em>Lebistes reticulatus</em> (el pez gupi) pueden hacerse la corte por semanas y se estimulan la zona genital. Ranas y lagartos no distinguen tampoco los sexos: los machos montan y aferran a otro sin distinción.</p>
<p class="texto">Entre los mamíferos que han vuelto al agua, como los delfines, el macho exhibe métodos de autoestimulación tan amplios como los humanos e incluyen frotamiento contra los flancos de delfines macho más jóvenes e intentos de copulación. Ésta no ocurre por falta de manos para ayudarse, pero no es el caso en primates no humanos en los que se puede alcanzar el clímax por vía anal, señala Denniston (*). Otros primates, los mandriles, establecen relaciones homosexuales entre un adulto y un joven, a quien el adulto protege (Ford y Beach, <em>op. cit</em>.).</p>
<p class="texto">Cuando se desea recoger semen de un toro lo excitan acercándole un ternero... macho.</p>
<p class="texto">Konrad Lorenz, Nobel de Medicina 1973 y padre de la etología, observó durante sus trabajos para el Instituto Max Planck que un ganso joven podía proponerse a uno adulto “y si éste acepta (...) los dos amigos se estimulan mutuamente a realizar grandes hazañas. Ninguna pareja macho-hembra es capaz de hacerles frente y por eso el par ocupa un lugar elevado en la jerarquía de la colonia. Estas parejas de machos siguen unidas de por vida”. Luego narra el tórrido romance entre los gansos macho a los que llama Max y Kopfschlitz (<em>On agression</em>).</p>
<p class="texto">Por falta de espacio, basta con guglear “homosexualidad, animales” y encontrará decenas de especies. Son naturales (presentes en la naturaleza) las uniones del mismo sexo en carneros, lobos, alces, leones y, sobre todo, primates. La lista es tan larga que me llevó 20 páginas de un capítulo en <em>La orientación sexual</em>*, Paidós.</p>
<p class="texto">En cuanto a los humanos, “de entre las 76 culturas estudiadas por Frank Beach y Clellan Ford, todas ellas aún existentes a mediados del siglo XX, un 64 por ciento considera normales las actividades homosexuales y no las hacen excluyentes de las heterosexuales, son culturas donde la bisexualidad es la regla”: chukchees de Siberia, konyak de la India, tanala de Madagascar; los siwanos de África son tan ampliamente bisexuales que consideran <em>peculiar</em> al hombre adulto que no tiene coito anal con muchachos...</p>
<p class="texto">Es curioso: cuando señalo ejemplos no humanos me responden que “ya no somos animales”. Si no los menciono vuelven a la carga con la tontería de que la homosexualidad es contranatura.</p>
<p class="texto">No se hagan bolas: dejen de buscar pretextos. Digan prefiero un hijo asesino serial que guarda cadáveres para irlos comiendo que un hijo viviendo, con o sin matrimonio, con otro hombre que lo ama y lo cuida. Lo mismo vale para mujeres. Es sencillo: odio a los jotos, maricones, lilos, leandros, lesbianas y demás pájaros. Se evita contradicciones.</p>
<p class="texto">¡Últimos días!: Medalla BELISARIO DOMÍNGUEZ 2016 para Gonzalo Rivas Cámara, que salvó cientos de vidas a costa de la suya:#BelisarioParaGonzaloRivas</p>
<p class="texto"> </p>eltemibledanihttp://www.blogger.com/profile/12608542458574376036noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7487744792447377960.post-63202141907314947892019-06-05T21:38:00.004-05:002019-07-15T01:48:34.734-05:001001 definiciones de "familia natural"<div style="text-align: left;">publicado el 16 de septiembre de 2016 en «<a href="http://www.milenio.com/">Milenio Diario</a>»<br />
columna: «<strong>la calle</strong>»</div>
<p class="texto"> </p>
<p class="texto">La definición de "familia natural" es imposible porque no hay tal cosa: cada pueblo y cada época tiene sus propias definiciones... lo cual comprueba que no es un hecho definido por la Madre Naturaleza, sino por las culturas y por lo mismo toma tantas formas como culturas ha habido sobre el planeta.</p>
<p class="texto">Todos los seres humanos compartimos género y especie: somos <em>Homo sapiens</em>. Esto significa que nuestra naturaleza es idéntica. Pero el tipo de familia y los ritos del matrimonio varían como los idiomas, religiones, usos y costumbres. Cada tipo de familia sigue normas sociales y no naturales.</p>
<p class="texto">Ni siquiera los cristianos están de acuerdo en definir "familia" como la unión de un hombre y una mujer ya que los mormones, cristianos como tantos, admiten la poligamia y un mormón rico tiene una familia formada por varias esposas. En los pueblos indios de México, también hay grados de poligamia y familias que no están formadas por un hombre y una mujer.</p>
<p class="texto">Busquemos en la <em>Biblia</em>, palabra de Dios: el rey de Israel, Salomón, hijo de David, llegó a tener 300 esposas y 700 concubinas; el primer patriarca, Abraham, engendró su primer hijo de su esclava Agar y, cuando Sara logró parir uno propio, esclava e hijo fueron lanzados al desierto... Muy bonito, muy pedagógico: enseñemos eso en las escuelas: Si tu esposa no logra embarazarse, puedes tener un hijo con tu sirvienta (ya no hay esclavas) y la puedes echar a la calle con todo e hijo si luego se embaraza tu esposa. ¿Fuente de legalidad? La Sagrada Biblia, palabra de Dios. Si la niegas te irás el infierno.</p>
<p class="texto">Los musulmanes, creyentes en el mismo Dios que judíos y cristianos, pueden tener tantas esposas como puedan mantener. Y si alguna es infiel, la matan y sanseacabó. Las esposas se compran a tantas vírgenes por un camello. La que no es virgen apenas vale un chivo.</p>
<p class="texto">Medalla BELISARIO DOMÍNGUEZ 2016 para Gonzalo Rivas Cámara, que salvó cientos de vidas a costa de la suya: <em>#BelisarioParaGonzaloRivas</em>.</p>
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eltemibledanihttp://www.blogger.com/profile/12608542458574376036noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7487744792447377960.post-38140249231337381012019-06-05T21:34:00.000-05:002019-07-15T01:48:08.214-05:00Hay "efecto Juan Gabriel"<div style="text-align: left;">publicado el 11 de septiembre de 2016 en «<a href="http://www.milenio.com/">Milenio Diario</a>»<br />
columna: «<strong>se descubrió que...</strong>»</div>
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<p class="texto">Más de 700 mil personas pasaron durante dos días ante la urna con las cenizas de Juan Gabriel, una entusiasta se le arrojó encima para abrazarla y besarla, el domingo en que murió un video mostraba a un joven subido al pedestal de la estatua que recuerda en Garibaldi al compositor y cantante para abrazar al joven y delgado charro y besar sus labios de bronce... A él lo entiendo: besa un charro de bonito cuerpo. Pero no a la abalanzada sobre las 1) cenizas, 2) de un hombre tan claramente no para ella ni para ninguna (espero no molestar al Conapred con este bonito circunloquio), 3) de un hombre que a los 66 años no conservaba nada de aquella carita y cuerpo lindos que vi, apenas en estos días, invitado por Lola Beltrán en 1976.</p>
<p class="texto">Cuando confirmé su muerte no tuve duda en postear en mis páginas: “Mi deuda con Juan Gabriel es impagable”. Luego entré en razón. Un gran amigo puso en <em>Twitter</em> que hasta dos <em>matacursis</em>, Luis González de Alba y Héctor de Mauleón, se habían rendido y “<em>snif</em>”. Le debo “Se me olvidó otra vez”, una de las tres canciones que me hacen llorar, respondí a las preguntas de face-amigos entre asombrados y divertidos. Detesto “Querida” y cuando dice que esta soledad “no me sienta nada bien” no aguanto la risa, pues oigo una frase de señora que se prueba una falda y pide una talla más. No soporto “Amor eterno”. Chin: se me olvidó otra vez el Conapred.</p>
<p class="texto">Supongo, con mi autoanálisis, que lo mismo ocurre a sus fans: a cada quien le toca una fibra distinta del corazón, como las arpas eólicas pulsadas por el viento. Pero no entiendo el contenido erótico que hay en las manifestaciones arriba señaladas. Será porque soy absolutamente inmune a la imagen de hombres como Juan Gabriel. Y a los de brillos intelectuales, también.</p>
<p class="texto">Por supuesto, no necesito la bazuka mata-pichones de Yuri Vargas y su análisis técnico-poético de “Amor eterno”: la canción es horrible con todo y sus endecasílabos perfectos.</p>
<p class="texto">Una intimidad y un sacrilegio. La intimidad es que la muerte de Juan Gabriel me ha puesto de nuevo a cantar en la regadera. Siempre la misma y alargando la vocal: “que sólo yooooo te quise”, como en cantina típica, de las de sinfonola, mesas de lámina regalo de cerveza <em>Victoria</em>, mesa de soldados, otra de putas, otra más de travestis, un bolero, una niña que vende claveles y un hombre que vende “toques” eléctricos. Después de 3 tequilas, todos cantamos “Probablemente ya.../ de mí te has olvidado...”.</p>
<p class="texto">El sacrilegio es que, en mi autoanálisis, he descubierto que esa canción me hace llorar por lo mismo que el gran poema de Kavafis, “La Ciudad”. No pude traducirlo (hasta que Gustavo Hirales me hizo enojar) porque después de “la ciudad te seguirá”, me comenzaban a bailar la psi y la lambda y me entraba humo en los ojos. “En estos mismos barrios envejecerás;/ y entre estas mismas casas encanecerás./ Siempre a esta ciudad has de llegar. Para otras —ni lo esperes— no hay barco para ti”. Uff.</p>
<p class="texto">O bien: “Por eso aún estoy en el lugar de siempre,/ en la misma ciudad y con la misma gente”... y aquí le paro porque ya me volvió a entrar humo en los ojos.</p>
<p class="texto">Don rector de la UNAM: ¿Ya sacó a los rufianes que viven, cocinan, duermen y se reproducen en el auditorio Justo Sierra hace 16 años? Echar al director de Tv UNAM fue fácil. Los delincuentes armados recibirán las escrituras del ejido que invadieron. Ya hicieron antigüedad.</p>
<p class="texto">Medalla BELISARIO DOMÍNGUEZ 2016 para Gonzalo Rivas Cámara, que salvó cientos de vidas a costa de la suya: #BelisarioParaGonzaloRivas</p>
<p class="texto"> </p>eltemibledanihttp://www.blogger.com/profile/12608542458574376036noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7487744792447377960.post-33542421825098130122019-06-05T21:28:00.000-05:002019-07-13T02:09:54.219-05:00Sordos en la UNAM<div style="text-align: left;">publicado el 09 de septiembre de 2016 en «<a href="http://www.milenio.com/">Milenio Diario</a>»<br />
columna: «<strong>la calle</strong>»</div>
<p class="texto"> </p>
<p class="texto">Responder a Raúl Trejo que el ex director de TvUNAM, Nicolás Alvarado, era un patrón tirano, como hace un Colectivo de Trabajadores de esa televisora, es eludir el tema. Trejo, que se opuso al nombramiento de Alvarado a ese puesto, no habría escrito media línea si el despido se hubiera dado por los motivos laborales señalados. Lo sé porque Raúl y yo, con centenares de maestros de la UNAM, creamos el sindicato de académicos y luego el STUNAM. La Rectoría se opuso, hicimos huelga, entró la policía y se llevó a muchos a la cárcel, entre ellos a José Woldenberg.</p>
<p class="texto">La nota de Raúl Trejo: “Guardianes del pensamiento único”, publicada en <em>Nexos</em> en línea se refiere al Conapred y su inquisitorial afán correctivo.</p>
<p class="texto">El asunto es: ¿se puede forzar la renuncia o despedir a un funcionario por sus opiniones al respecto de un asunto tan frívolo como la calidad mayor, menor o ínfima que le atribuye al cantante Juan Gabriel? TvUNAM hizo un programa especial sobre el cantante al que fui invitado y participé por teléfono desde Guadalajara. Eso es lo que respecta al área de trabajo del despedido.</p>
<p class="texto">Raúl Trejo se indignó, y muchos con él, entre otros yo, por la decisión inquisitorial del Conapred, institución que combate la discriminación, y sentenciaba a Alvarado a disculparse de manera pública ¿y llevar un delantal con una <em>letra escarlata</em>?; no incurrir, como pecador relapso, en conducta similar, para lo cual debía someterse a una terapia de “sensibilización”. Imaginé la tortura en <em>Naranja Mecánica</em>: ojos abiertos con pinzas mientras el Conapred exhibe 48 horas de <em>Juanga</em> gritando “¡Queridaaaa!”... cuando muchos le habríamos aplaudido con emoción “¡Queridoooo!” Y “tu <em>tutú</em>, tu <em>tutú</em> siempre en mi mente”.</p>
<p class="texto">Los mismos trabajadores que se quejan de malos tratos (supongo que con razón) rechazarían el despido de un colega porque publicara que “Bach me da dolor de cabeza”. O ¿ya es <em>causal</em> de despido?</p>
<p class="texto">Medalla BELISARIO DOMÍNGUEZ 2016 para Gonzalo Rivas Cámara, que salvó cientos de vidas a costa de la suya:#BelisarioParaGonzaloRivas.</p>
<p class="texto"> </p>
eltemibledanihttp://www.blogger.com/profile/12608542458574376036noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7487744792447377960.post-58101964670049282362019-06-05T21:16:00.000-05:002019-07-13T02:10:28.015-05:00Pero, ¿había necesidad? Final<div style="text-align: left;">publicado el 04 de septiembre de 2016 en «<a href="http://www.milenio.com/">Milenio Diario</a>»<br />
columna: «<strong>se descubrió que...</strong>»</div>
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<p class="texto">Los que no han cruzado el desierto de no verse jamás representados en cine de amor, letras de canciones románticas, caricaturas infantiles (dijo en un bello poema Ernesto Bañuelos), anuncios de cerveza y de lociones, no tienen idea y yo no tengo el don descriptivo para transmitirles el gozo de vislumbrar un oasis: en mi adolescencia, el guiño apenas perceptible de amor en la intensa amistad de Sal Mineo por James Dean en <em>Rebelde sin causa</em>, el asombro de <em>Teorema</em>, descubrir los sonetos de Shakespeare, de Miguel Ángel, dedicados a hombres; releer a David, el joven que antes de ser rey de Israel hace 3 mil años y hacer de Jerusalén la capital de su reino, escribió un hermoso canto funerario a la muerte de su amor adolescente (pues David era, además, paidófilo): el príncipe Jonatán, hijo del rey Saúl, pide ir a una batalla contra los filisteos (nombre que derivó en palestinos durante la ocupación romana) y lo matan. David endecha (gran palabra): “Más dulce me fue tu amor que el amor de las mujeres”.</p>
<p class="texto">Es la gran deuda que deja Juan Gabriel.</p>
<p class="texto">En cambio, le debo la expresión de un sentimiento que en mí es constante: “Sólo yo te quise”. Por eso, a pesar de que no dudo en repetir que mi deuda con Juan Gabriel es impagable por <em>Se me olvidó otra vez</em>, también me quedó a deber mucho:</p>
<p class="texto">Me debe <em>Así fue</em>: cantada como la sintió y escribió. “Soy honesto con él y contigo, a él lo quiero y a ti te he olvidado”. Pero canta, forzando la melodía: “a ella la quiero y a ti te he olvidado” y por el número de sílabas resulta evidente que hay dos de más y la melodía entra forzada; no si dijera: “a él lo quiero”, porque “aelo” cabe en una nota, “a ella la” exige tres notas.</p>
<p class="texto">Juan Gabriel me quedó a deber la emoción que me dio el israelí Ivri Líder con <em>The man I love</em> de Gershwin, también judío y homosexual, y hasta un cubano de Florida chaparrito, cuyo nombre no encuentro, que canta en pants sin camisa, video casero, pectorales y abdominales marcados y llenos de vello: <em>El hombre que yo amo</em> sabe que lo amo, me toma en sus brazos y lo olvido todo...</p>
<p class="texto">Por eso Juan Gabriel no fue un icono gay: porque ni siquiera fue gay. Y si busco otro himno para el amor de mi vida tengo I’ve <em>got you under my skin</em>, de Col Porter, un homosexual abierto.</p>
<p class="texto">Detesto <em>Querida</em>, pero, siendo yo su fan de una canción, ignorante de sus conciertos, no conocí, hasta el día de su muerte, <em>Errado</em>. Y es buena: “¿Por qué me tengo que quedar sin vida? Todo está errado para mí. Te dan la vida y te la quitan”. Debe uno ignorar sus típicos tropezones: “¿Por qué acabar <em>con mi persona</em>? ¿Por qué me tengo que morir?” Casi pierdo en <em>con mi persona</em> la emoción, pero viene el chispazo acertado: “¿Quién es el que me hizo a mí tan mala broma?” Esa rima en asonante o-a con <em>persona</em> explica la mala elección. Repite el tema con una modulación armónica ascendente escasa en música popular y con voz que va adquiriendo brillo y volumen. Creo que no pasará a la lista de sus inolvidables, pero es una sorpresa.</p>
<p class="texto">Más interesante que su música es el <em>efecto Juan Gabriel</em>: López Obrador se apresuró a recordar en Twitter que él lo invitó a dar un concierto en el Zócalo. Centenares le recordamos que también se opuso a la ley que confirma la igualdad de todos los ciudadanos, el matrimonio y la adopción por parejas del mismo sexo. O la maternidad voluntaria. Es fariseo y apuesta al olvido.</p>
<p class="texto">En la Plaza Garibaldi se congregó una multitud llorosa, con veladoras y flores que cubrieron el monumento a un charro, quizá Juan Gabriel muy joven. En un video una señora gordita, de aire humilde, mostraba gruesos lagrimones sobre las mejillas. ¿Qué lloraba esa señora? No lo sé... Pero esa emoción cimbró al país y desbordó sus fronteras.</p>
<p class="texto"> </p>eltemibledanihttp://www.blogger.com/profile/12608542458574376036noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7487744792447377960.post-42270025597940549872019-06-05T21:13:00.002-05:002019-07-13T02:10:42.493-05:00Pero, ¿había necesidad? / I<div style="text-align: left;">publicado el 02 de septiembre de 2016 en «<a href="http://www.milenio.com/">Milenio Diario</a>»<br />
columna: «<strong>la calle</strong>»</div>
<p class="texto"> </p>
<p class="texto">Sí, sí era necesario que Juan Gabriel no nos privara a tantos hombres enamorados de hombres de oírlo cantar sus letras dirigidas a hombres... y que le daba a cantar a Rocío Dúrcal, a Isabel Pantoja o, peor, cuando interpretaba alguna cambiaba el género: “A ella la quiero...”. El cambio era decepcionante para muchos gays y ridículo para bugas que no se la creían.</p>
<p class="texto">Un heterosexual no tiene idea de lo que es la vida siempre llena de canciones, anuncios, cine, carteles en los que el amor solo existe entre hombre y mujer. No entienden la emoción de escuchar al israelí Ivri Líder cantar <em>The man I love</em>, y seguir a Gershwin, gay y judío: <em>Some day he’ll come along... And he’ll be big and strong...</em> Está en la película israelí <em>Solos contra el mundo</em>, título simplón para <em>La burbuja</em>, el estrecho espacio de tolerancia donde un judío y un palestino se enamoran y, mientras escuchan en un bar <em>The man I love</em> el judío pasa el brazo por los hombros del palestino.</p>
<p class="texto">Pero, como ya he dicho, mi deuda con Juan Gabriel es impagable. La explicación es sencilla: Hay tres canciones que no pongo nunca porque acabo llorando: una griega (por supuesto), una israelí y otra de Juan Gabriel. En ese orden: <em>La carta</em>, cantada por Dalaras: “Cuando recibas esta carta yo estaré muy lejos, así aprenderás que no caben dos amores en un corazón”, es la canción que se oye salir por una ventana en las últimas páginas de mi novela <em>Agápi mu</em> (Amor mío); la segunda es un salmo de David musicalizado de forma bellísima en Israel e interpretado por un niño, un ángel de voz prodigiosa, Mishel Cohen, el salmo <em>No me abandones</em>. Y la tercera es de Juan Gabriel: <em>Se me olvidó otra vez</em>, que pongo en último lugar como pausa dramática, pero es sin duda la primera.</p>
<p class="texto">Y es todo. Cuando escucho que la soledad “no me sienta nada bien” imagino que se está probando un pantalón.</p>
<p class="texto">Caemos mal a heterosexuales los que nos entusiasmamos con una manifestación de homoerotismo en cine o canción. Es que no han cruzado el desierto, ni visto solo de lejos la Tierra Prometida.</p>
<p class="texto">Sigue el domingo.</p>
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eltemibledanihttp://www.blogger.com/profile/12608542458574376036noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7487744792447377960.post-45873079225061357072019-06-05T21:12:00.000-05:002019-07-13T02:11:25.514-05:00Sois vosotros 'batos' muy 'gandayas'<div style="text-align: left;">publicado el 28 de agosto de 2016 en «<a href="http://www.milenio.com/">Milenio Diario</a>»<br />
columna: «<strong>se descubrió que...</strong>»</div>
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<p class="texto">Con la silenciosa reforma educativa perpetrada en el sexenio de Luis Echeverría y la comandanta María Esther Zuno, la SEP desapareció de los libros de primaria el pronombre <em>vosotros</em> y sus formas verbales. La peregrina idea tuvo aires nacionalistas, como todo el echeverriato, y dejó a los niños mexicanos sin entender su Himno Nacional cuando dice: "el acero <em>aprestad</em>...", y a los jóvenes sin Ruiz de Alarcón ni Sor Juana pues no comprenden: "Hombres necios que <em>acusáis... sois</em> la ocasión de lo mismo que <em>culpáis</em>"; o juegos infantiles como Hilitos de oro: que manda decir el rey que cuántas hijas <em>tenéis</em>. Los niños, hasta 1973, aprendimos como pronombres personales: yo, tú, él, nosotros, vosotros, ellos. Y el modelo de conjugación amar: amo, amas, ama, amamos, amáis, aman. Sin problema.</p>
<p class="texto">Pero la reforma educativa de Echeverría, a tontas y a locas, como todo lo que hizo el padre político de López Obrador, nos dejó sin comprender Himno y literatura mexicana de siglos anteriores al XX.</p>
<p class="texto">Urge una reforma ortográfica en Hispanoamérica, Canarias y Andalucía, donde no pronunciamos la <em>zeta</em> interdental ni las sílabas <em>ce</em>, <em>ci</em>. Estados Unidos escribe <em>color</em> e Inglaterra, <em>colour</em>: no pasa nada. Pero es más difícil un acuerdo internacional que uno mexicano para adaptar los mexicanismos. Sólo en México usamos la X con sonidos J, S, Sh: México, Xochimilco, Xola= Méjico, Sochimilco, Shola. Son derivados del náhuatl formados con las dudas españolas para dar escritura fonética a sonidos de otra lengua. Pero ya se oye decir, en México y sólo en México, <em>jenofobia</em> derivado griego de <em>csenos</em>, extranjero. Peor, tenemos un medicamento llamado <em>jilocaína</em> y un instrumento llamado <em>jilófono</em>. <em>Xilos= csilos</em>, es madera en griego. Xilocaína es csilocaína, y xilófono es csilófono: madera que suena: marimba.</p>
<p class="texto">Los derivados del náhuatl no tienen razón para ir con zeta: azteca, Moctezuma, si el sonido no lo tuvo el idioma original ni los pronunciamos los mexicanos (excepto para contar chistes de españoles en los que casi siempre cometemos faltas de ortografía sonoras).</p>
<p class="texto">Un mexicanismo regional norteño, <em>bato</em>, no tiene por qué dudar entre <em>be</em> y <em>ve</em> labiodental que no pronuncia ni ha pronunciado nadie en mil años de hispanofonía. Es un caso raro entre los idiomas modernos: los españoles dicen <em>uvé</em> y nosotros <em>ve</em> chica para distinguirlas porque suenan de forma idéntica. El sonido labiodental lleva la postura de la <em>efe</em>, pero sin sonido antes de la vocal inmediata: en <em>fairy</em> suena <em>fff</em>, en <em>very</em>, no: She's very fairy. En inglés, francés, portugués, italiano, ruso, griego, hebreo, alemán (con W) hay el sonido labiodental. No en español. Entonces resulta ridículo plantarle una letra que nadie pronuncia a una palabra regional como <em>bato</em>. La manía de pronunciarla es herencia, también, de la docena trágica que parió a López Obrador. López Portillo neceaba, empeñado en gritar: ¡Fifa México!</p>
<p class="texto">Con <em>gandaya</em> pasa lo mismo. El Diccionario de la Real Academia, DRAE, sólo trae <em>gandaya</em> (y acota que, en catalán, gandalla es redecilla para el pelo); el <em>Diccionario del español usual en México</em>, de El Colegio de México no trae ni una forma ni la otra. Me han dicho que hay otro donde sí viene y lo escribe con <em>elle</em>. De ser así es un error de ese diccionario porque escribe un mexicanismo con letra que nadie sabe pronunciar. No es raro: el propio DRAE tuvo entre sus errores chiíta, con tilde en la segunda i, descuido ya corregido porque es grave terminada en vocal y doble vocal no hace diptongo: oo, ee, ii. Jesús Silva-Herzog Márquez me señala que, si mi argumento es que no pronunciamos la <em>elle</em> y la hacemos <em>ye</em> entonces escribirá <em>sapato</em> con la misma lógica.</p>
<p class="texto">No estaría mal. Pero exige un acuerdo entre más de 20 naciones y regiones de España porque zapato no es un mexicanismo, gandaya sí lo es en su acepción de abusivo. En cambio, el sonido de la <em>elle</em> es tan desconocido que pocas personas saben que existe y casi nadie lo puede pronunciar, de ahí que la RAE llame <em>yeísmo</em> al vicio de decir la <em>Caye</em> Mayor.</p>
<p class="texto">Medalla BELISARIO DOMÍNGUEZ 2016 para Gonzalo Rivas Cámara, que salvó cientos de vidas a costa de la suya: #BelisarioParaGonzaloRivas</p>
<p class="texto"> </p>eltemibledanihttp://www.blogger.com/profile/12608542458574376036noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7487744792447377960.post-63314307787882854102019-06-05T21:08:00.001-05:002019-07-13T02:12:14.411-05:00La ley y el cristal con que se mira<div style="text-align: left;">publicado el 26 de agosto de 2016 en «<a href="http://www.milenio.com/">Milenio Diario</a>»<br />
columna: «<strong>la calle</strong>»</div>
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<p class="texto">Entre policías entrenados para control de multitudes enardecidas transcurre una bellísima película alemana: <em>Freier Fall: Caída libre</em>. Los primeros segundos hacen pensar a cualquier mexicano: un batallón de jóvenes y no tanto, fuertes, en camiseta y pants de uniforme, corren en una pista entre bosques, luego toman apuntes en un aula luminosa y equipada como Tec de Monterrey, con equipo protector y cascos arremete un bando contra otro en papel de manifestantes; viene la clase de judo y karate y el entrenador detiene el exceso de uno ante el otro, vencido. “¡Los quiero a los dos en mi oficina!”</p>
<p class="texto">Antes de que comience el romance, porque lo hay, vemos al equipo, incluidas varias mujeres, llegar a donde manifestantes los reciben a pedradas: se ponen sus cascos, bajan las viseras y salen a encapsular grupos violentos y detenerlos.</p>
<p class="texto">Las noticias del Canal 2 pasaron hace tiempo un video lamentable: un asaltante armado de un cuchillo robaba pasajeros de un camión urbano cuando una patrulla lo descubrió. El delincuente baja y se lanza, cuchillo en alto, contra los dos patrulleros, dos con pistolas desenfundadas. Resultado: por unos minutos vemos cine del Gordo y el Flaco: el delincuente persigue a los dos policías en torno a la patrulla. Cuando estuvieron jadeantes, el ladrón se fue... caminando.</p>
<p class="texto">Al final del hilarante sainete dijeron que no podían usar sus pistolas porque el ladrón sólo portaba cuchillo y se las verían con Derechos Humanos por uso excesivo de la fuerza.</p>
<p class="texto">Es obvio que ese par de policías panzones nunca habían corrido unos kilómetros diarios y no tienen un código de acción preciso: el qué sí y el qué no bien definido. Un cuchillo es un arma mortal.</p>
<p class="texto">El punto es que la línea divisoria, a la hora de recibir metralla de sicarios, no es tan nítida como en los escritorios de los que comentamos el asunto o en las oficinas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.</p>
<p class="texto">Entiendo el pánico del policía mal entrenado. No los han provisto de códigos precisos para la acción y ganan menos que quienes escribimos en <em>Reforma o MILENIO</em>.</p>
<p class="texto">Medalla BELISARIO DOMÍNGUEZ 2016 para Gonzalo Rivas Cámara, que salvó cientos de vidas a costa de la suya:#BelisarioParaGonzaloRivas.</p>
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eltemibledanihttp://www.blogger.com/profile/12608542458574376036noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7487744792447377960.post-51609649903062755312019-06-05T20:59:00.003-05:002019-07-15T01:47:10.432-05:00Puede haber una quinta fuerza en el universo<div style="text-align: left;">publicado el 21 de agosto de 2016 en «<a href="http://www.milenio.com/">Milenio Diario</a>»<br />
columna: «<strong>se descubrió que...</strong>»</div>
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<p class="texto">La grandeza de la ciencia está en su constante autocorrección. Nada es tabú ni dogma. Por supuesto, tiene filtros para no dejar entrar cualquier tontería y revisar con precisión los ajustes que admite.</p>
<p class="texto">La primera fuerza conocida fue la gravitación. Se experimenta al tropezar, al vaciar agua, al zambullirse en el mar, al orinar. Pero la explicación de Aristóteles exige creer que está en la naturaleza de las cosas: está en la naturaleza de las piedras bajar y en la naturaleza del fuego subir. Con Galileo y, sobre todo, Newton, pasó a ser una fuerza por la que las masas se atraen. La órbita de la Luna y las mareas resultaron unificadas en una ley con la caída de las manzanas. Pero seguía siendo una fuerza misteriosa. Hasta Einstein: no es una atracción, es una curvatura del espacio producida por la masa y tanto los cuerpos como la luz siguen esa curvatura.</p>
<p class="texto">En cuanto a la segunda fuerza, el electromagnetismo, comenzamos los humanos diciendo que el ojo lanza rayos hacia los objetos vistos. Fue la respuesta antes de que los árabes recogieran por unos siglos la estafeta de la ciencia mediterránea. En la Bagdad del año 1000, centro de las artes, ciencias y comercio, un astrónomo y matemático, Ibn al-Haytham, también conocido como Alhazen, fue el primero en señalar que si vemos una ventana desde el interior y luego cerramos los ojos, la seguimos viendo como un negativo: los rojos y naranjas de un día luminoso los veremos verdes y azules. La postimagen es prueba de que el ojo no lanza rayos para ver, los recibe.</p>
<p class="texto">Pero ¿qué recibe? Medio milenio después, en Italia, respondió Galileo que eran corpúsculos. Fue también la opinión de Newton. Christiaan Huygens propuso que eran ondas esféricas. Se topó con un problema: si la luz son ondas, ¿qué ondula entre el Sol y la Tierra? Con una respuesta <em>ad hoc</em> salió del paso: todo el universo está lleno de una sustancia. Y la llamó éter.</p>
<p class="texto">En el siglo XIX, el francés Augustin Fresnel y el inglés Thomas Young probaron que la luz está compuesta de ondas. El experimento es tan sencillo que se puede hacer con una hoja de papel y un alfiler: picamos la hoja y le dirigimos una lámpara de escritorio: en una pantalla de fondo vemos un círculo luminoso. Picamos otro hoyo muy cercano. Donde los dos círculos se intersectan hay el doble de luz, debe ser más luminoso. Pero no es así: hay bandas más luminosas, cierto, pero otras oscuras. Prueba de que hay interferencia. Con ondas de agua lo vemos en un estanque. Al lanzar dos piedras, las ondas se aplanan donde coincide un valle con una cresta, aumentan al encontrarse dos crestas.</p>
<p class="texto">Con el descubrimiento del núcleo atómico y de la radioactividad tuvimos otras dos fuerzas: la fuerte, que enlaza protones, y la débil que explica la radioactividad. Cuatro fuerzas para el denominado modelo estándar de la física. Pero algunos datos no se ajustan al modelo. Uno es que la gravitación de una galaxia, según la masa de sus estrellas, no sería suficiente para mantenerla unida al rotar. Como una piedra que giramos atada a un cordel muy delgado lo rompe y sale despedida, así la velocidad de rotación de una galaxia debería despedazarla. Pero allí están. La masa necesaria para resistir el tirón centrífugo no es poca, un 85 por ciento no es visible. Se le llamó materia oscura.</p>
<p class="texto">Un equipo húngaro ha investigado la posible existencia de "fotones oscuros": si el fotón es el quántum de luz, el oscuro permitiría tener acceso a la materia oscura del universo, ese 85 por ciento de todo su contenido. Encontró una anomalía en un proceso de los elementos radioactivos: su constante emisión de partículas acaba por transformarlos en otro elemento, se le llama decaimiento radioactivo. Puede darse en centésimas de segundo o en milenios. Los húngaros encontraron en el berilio-8 una anomalía que apuntaba a la existencia de una nueva partícula.</p>
<p class="texto">Un equipo de la Universidad de California en Irvine, con Jonathan Feng, estudió los datos de los húngaros: no se explican por la existencia de fotones oscuros ni una nueva partícula de materia. En <em>Physical Review Letters</em> proponen una quinta fuerza fundamental en el universo.</p>
<p class="texto">Un último reporte, éste de la Universidad de California en Riverside, con Flip Tanedo y colaboradores, matiza: aún no afirman que haya sido descubierta una quinta fuerza, sino que la teoría pasó su primera revisión de consistencia.</p>
<p class="texto"> </p>eltemibledanihttp://www.blogger.com/profile/12608542458574376036noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7487744792447377960.post-82997905878758719752019-06-05T20:55:00.002-05:002019-07-15T01:46:44.991-05:00Mi Revolución de los Claveles<div style="text-align: left;">publicado el 19 de agosto de 2016 en «<a href="http://www.milenio.com/">Milenio Diario</a>»<br />
columna: «<strong>la calle</strong>»</div>
<p class="texto"> </p>
<p class="texto">En 1974 no me iba a perder la Revolución de los Claveles, en Portugal, y caí en Lisboa buscando un hotel barato. El dictador António de Oliveira Salazar había muerto en 1970 (acotación gramatical: el portugués no se complicó haciendo diptongos de algunas dobles vocales y otras no. Así es como Maria, por ser grave terminada en vocal, no lleva tilde: Ma-ri-a, y sí lo lleva Mário, considerada esdrújula. Lo mismo hicieron los catalanes); pero fue en 1974 cuando la pasé en la gloria que promete el Profeta, y sin dinamitarme en pedazos.</p>
<p class="texto">Guglié los datos y encontré una joya: el origen de los claveles en las armas. Murió Salazar, pero es falso que muerto el perro se acaba la rabia, como aquí pensó Fox al dar por muerto al PRI. La dictadura siguió, si bien con inconformidad en el lugar menos esperado, el ejército: debía pelear guerras en África para que Portugal conservara su imperio. Tarea inútil como habían probado los fracasos de Inglaterra y Francia. En la clandestinidad se formó un <em>Movimento das Forças Armadas</em> (en español nos libramos de esa ç muy pronto). Fue tomando fuerza en las guarniciones más importantes y acordaron dar el golpe de Estado el 25 de abril. Esa madrugada, una estación de radio, como señal para el alzamiento, puso al aire una canción prohibida por la dictadura.</p>
<p class="texto">Los rebeldes pidieron a la población no salir de sus hogares, pero al amanecer una multitud abrazaba soldados en las calles. ¿Y los claveles?</p>
<p class="texto">El alzamiento militar produjo la suspensión de un banquete programado para ese mediodía. Una mesera, Celeste Caeiro, salió del salón cargada de las flores que decoraban las mesas, claveles de la temporada. En la plaza del Rossio (Rocío), muchos tanques de guerra aguardaban órdenes desde la madrugada. Al pasar Celeste entre ellos, un soldado le pidió un cigarrillo desde lo alto de un tanque. Como Celeste no traía cigarrillos le ofreció un manojo de claveles. “El soldado lo puso en su cañón y sus compañeros repitieron el gesto colocándolos en sus fusiles como símbolo de que no deseaban disparar sus armas”. Se extendió la acción: claveles en las armas y pasó a la historia: la Revolución de los Claveles. La verdad, lloré.</p>
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eltemibledanihttp://www.blogger.com/profile/12608542458574376036noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7487744792447377960.post-76458884543233321382019-06-05T20:52:00.003-05:002019-07-15T01:46:17.042-05:00La genealogía del VIH se remonta 60 millones de años<div style="text-align: left;">publicado el 14 de agosto de 2016 en «<a href="http://www.milenio.com/">Milenio Diario</a>»<br />
columna: «<strong>se descubrió que...</strong>»</div>
<p class="texto"> </p>
<p class="texto">Malas noticias en el cuartel general de los cazadores de complots internacionales, de los hábiles expertos en programas malosos judaico-masónicos, la CIA, Wall Street, las grandes compañías farmacéuticas, Monsanto y otros envenenadores del mundo: el VIH, creación de alta tecnología con fines de dominio planetario, remonta su árbol nobiliario 60 millones de años atrás: cuando la desaparición de los dinosaurios nos dio a los mamíferos una oportunidad inesperada. Y también a nuestras plagas.</p>
<p class="texto">La Oxford University Press publica los resultados de un grupo de investigadores encabezados por Daniel Elleder de la Academia Checa de Ciencias. El equipo usó datos genéticos del exótico lémur volador malasio (colungo). En tres muestras de ADN hubo remanentes de lentivirus. Éstos deben su nombre a su período de incubación lento. Los lentivirus, explica la publicación, "causan varias enfermedades crónicas en mamíferos —que van desde el más notorio ejemplo de VIH/sida en humanos hasta varios desórdenes neurológicos en primates— todavía es poco conocida su historia evolutiva y su origen".</p>
<p class="texto">Y ya que hablamos de lémur volador, también hay ardilla voladora. En realidad son planeadores: la piel de los brazos se extiende, suelta, hasta las patas. Podemos suponer que el origen del murciélago fue semejante. Que la naturaleza es ahorrativa y usa lo que ya tiene lo vemos en los huesos del murciélago: el ala es una mano crecida y adelgazada. La evolución es observable con un poco de atención.</p>
<p class="texto">Siguiendo el rastro genético del VIH, otros investigadores habían encontrado linajes de lentivirus de hace 3 a 12 millones de años.</p>
<p class="texto">Los hallazgos están reportados en la edición en línea de <em>Molecular Biology and Evolution</em>.</p>
<p class="subtitulo">La tormenta que pudo acabar en guerra nuclear</p>
<p class="texto">El formidable discurso de Michelle Obama acerca de los rasgos indeseables en el próximo presidente de Estados Unidos, hizo énfasis en una palabra: <em>poder</em>. Estamos hablando de que el presidente tendrá poder nuclear "en las puntas de los dedos". No podemos confiar en alguien de respuestas espontáneas.</p>
<p class="texto">Como anillo al dedo, este 9 de agosto publicó la American Geophysical Union. "Una tormenta solar de 1967 que "atascó las comunicaciones de radio y radar en la cumbre de la Guerra Fría pudo conducir a una desastroso conflicto militar si la Fuerza Aérea de EU no hubiera monitoreado la actividad solar, descubre un nuevo estudio".</p>
<p class="texto">Una duda sensata, como la del capitán de submarino nuclear que no disparó sus cargas durante la crisis cubana de los misiles, y el mundo aún existe.</p>
<p class="texto">"El 23 de mayo de 1967, la Fuerza Aérea de EU preparó una aeronave para entrar en guerra, pensando que los radares de vigilancia en las regiones polares habían sido obstruidos por la Unión Soviética" (menores de 30 años, guglear).</p>
<p class="texto">Por entonces, una película maravillosa nos había estremecido a los jóvenes con futuro en peligro: <em>Doctor Insólito</em>. Estados Unidos lanza un ataque contra la Unión Soviética también por señales de ataque soviético en camino. Peter Sellers hace creo que cinco papeles. Hablan el primer ministro ruso y el presidente de EU, así se despeja el error. Se ordena el regreso de los aviones. Pero uno de los superfortaleza no recibe la señal de regresar porque, para eludir los radares soviéticos, vuela muy bajo, guiado por un tejano que grita "¡Vamos asando patos!", luego la bomba se traba cuando pulsan el botón rojo y el tejano la monta para soltar el mecanismo. Mientras cae montado en la bomba, se quita el sombrero y lo azota contra las ancas del supuesto caballo: una bomba H. La pantalla se cubre de explosiones atómicas en hongo. Todos tenemos lágrimas en los ojos. Así vivíamos, al borde del fin; como dicen: con el de Jesús en la boca...</p>
<p class="subtitulo">Judíos y árabes en estudio conjunto</p>
<p class="texto">La Universidad Hebrea de Jerusalén realizó un estudio con árabes y judíos residentes en Jerusalén. El estudio, publicado en <em>Atherosclerosis</em>, trata del colesterol de alta y baja densidad.</p>
<p class="texto">Importa destacar que no todo es odio.</p>
<p class="texto">Medalla BELISARIO DOMÍNGUEZ 2016 para Gonzalo Rivas Cámara, que salvó cientos de vidas a costa de la suya: #BelisarioParaGonzaloRivas</p>
<p class="texto"> </p>eltemibledanihttp://www.blogger.com/profile/12608542458574376036noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7487744792447377960.post-80720707939378219712019-06-05T20:49:00.002-05:002019-07-13T02:13:46.809-05:00Medalla de oro para México<div style="text-align: left;">publicado el 12 de agosto de 2016 en «<a href="http://www.milenio.com/">Milenio Diario</a>»<br />
columna: «<strong>la calle</strong>»</div>
<p class="texto"> </p>
<p class="texto">Para el desastre de México en los Olímpicos de Río no fue alivio una nota, perdida en la sección Ciencia y Salud de <em>El Universal</em>, que echa el anzuelo: Medalla de Oro para México en Matemáticas. Vemos foto de un joven de aire simpático, lejos de la imagen del matemático exitoso:</p>
<p class="texto">El investigador mexicano del Instituto de Matemáticas de la UNAM, Leonardo Ignacio Martínez Sandoval, recibió el <em>Award for Best Contribution</em> por su trabajo en geometría discreta. Ahora es investigador postdoctoral de la Universidad Ben Gurión del Negev, Israel.</p>
<p class="texto">Otro joven sonó mi timbre a las 7:30 am. No atendí. Al oír ruidos en el jardín bajo mi ventana, me asomé y vi cruzar el pasto a un joven de aspecto limpio, no vago. Le grité que llamaría una patrulla. Respondió algo que pretendía ser inglés, caminó sin prisa hacia la reja, subió y en 20 segundos estaba en la acera. Luego volvió a pasar por enfrente mirando con atención lo que podía ser un celular. Pensé que le habían ganado las ganas de cagar.</p>
<p class="texto">Cuando conté el hecho a hermana y cuñado, se rieron: “¡Andaba cazando un pokemon!”. Y salieron decenas de anécdotas. Hum... Mandé subir la reja.</p>
<p class="texto">Otra conmoción en La Fuerza es la producida por <em>The Guardian</em>. El mejor comentario lo subió a Facebook René González, un amigo entre las excepciones a la tontería de las redes:</p>
<p class="texto">“¿Pero es que nadie se dio cuenta de quiénes firmaron la nota de <em>The Guardian</em> sobre el depa en Miami de La Gaviota?: José Luis Montenegro y Julio C. Roa (Miami). ¿No saben quién es José Luis Montenegro? <em>Google</em> sí:</p>
<p class="texto">Un activista de 24 años que cobra como periodista y que entrevistó a la falsa hija de <em>El Chapo</em>, entre otras ‘gracias’. Y que ahora es vidente y adivina quiénes serán los futuros contratistas del gobierno federal.</p>
<p class="texto">“La decadencia del nuevo milenio en prensa escrita ha alcanzado a muchas grandes instituciones otrora muy prestigiadas.</p>
<p class="texto">“Los corresponsales en México de <em>The Guardian</em>, <em>El País</em>, <em>Newsweek</em>, <em>Forbes</em>, y un largo etcétera que incluye al mismo <em>The New Yorker</em>, parece que los reclutaron de las universidades patito de López Obrador”. Los famosos Centros Universitarios López Obrador (CULO).</p>
<p class="texto">¿Y el oro en Matemáticas?</p>
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eltemibledanihttp://www.blogger.com/profile/12608542458574376036noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7487744792447377960.post-50624660202673274232019-06-05T20:46:00.002-05:002019-07-15T01:45:27.732-05:00Hay ADNmt dañino sólo en varones<div style="text-align: left;">publicado el 07 de agosto de 2016 en «<a href="http://www.milenio.com/">Milenio Diario</a>»<br />
columna: «<strong>se descubrió que...</strong>»</div>
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<p class="texto">Hoy es domingo 7. Nunca he sabido por qué cuando una joven se embaraza sin matrimonio ni deseo se dice que: "Salió con su domingo siete". Una hipótesis plantea algo escalofriante fundada en el mayor número de abortos espontáneos son varones, mayor mortalidad de recién nacidos varones; de bebés, niños y adolescentes varones. Los investigadores llaman al hecho "the mother’s curse": la maldición de la madre.</p>
<p class="texto">Machos o hembras, el ADN del embrión es percibido por los inspectores de nuestro sistema inmune como cuerpo extraño. Más ajeno si es macho. Nuestras células blancas están programadas para transmitirse alertas con los datos del invasor y, al final de la cadena, producir los anticuerpos adaptados para la destrucción del peligro, ya sea célula cancerosa, bacteria o virus.</p>
<p class="texto">El ADN del embrión es un combinado de padre y madre, por lo mismo es cuerpo extraño para los inspectores. De ahí que sea tan endeble la defensa de quienes, con todo derecho, no desean un hijo y dicen que se lo arrancan como si se cortaran un dedo: una prueba de ADN les dice que no es parte de su cuerpo. Pero lo mismo dice el sistema inmune y apenas fertilizado el óvulo por el espermatozoide que ganó la carrera ya es un cuerpo extraño y está en peligro.</p>
<p class="texto">Una solución la alcanzaron los peces: los huevos, con ADN materno, salen al agua sin reprobar la inspección y allí los fertilizan los machos en un orgasmo frenético y multitudinario... algunos hombres conservamos esa norma ancestral de la Naturaleza; las aves y reptiles incuban en el exterior el huevo fertilizado, a veces basta el calor del sol, como en las ranas (y por eso hasta Aristóteles se creyó que las ranas eran generación espontánea del lodo caliente), o el calor de los padres.</p>
<p class="texto">Los animales vivíparos nos desarrollamos en el interior de la hembra, expuestos al ataque de las defensas de mami. La solución fue la placenta: una membrana que envuelve al feto como el cascarón al pollo y separa los dos sistemas sanguíneos: la sangre de la madre, con todos su sistema defensivo vigilante, no toca la del feto. Por eso los hijos podemos tener tipo sanguíneo diverso al de nuestra madre.</p>
<p class="texto">¿En dónde falla esa barrera protectora y por qué falla más si el feto es varón? La Universidad Vanderbilt publicó el 2 de agosto en <em>eLife</em>, journal en línea, un acucioso análisis: "Mami puede transmitir genes que dañan a sus hijos pero no a sus hijas".</p>
<p class="texto">Eso es posible "porque hay dos partes del genoma independientes y eso conduce a una carrera armamentista molecular". El genoma que la pareja de leones comparte a su prole "está localizado en el núcleo de la célula. Pero también hay una porción secundaria mucho menor localizada en las mitocondrias".</p>
<p class="texto">En su origen, las mitocondrias fueron bacterias que desarrollaron la habilidad de aprovechar el altamente tóxico oxígeno (producido por la fotosíntesis y mortal para las primeras células con núcleo). Las células que atraparon estas bacterias y no las digirieron encontraron un aliado simbiótico. "A diferencia del genoma nuclear, combinación de padre y madre, el genoma de las mitocondrias, ADNmt, lo transmite nada más la madre". Así la prole masculina llega a un callejón sin salida evolutivo: su ADNmt es siempre idéntico en cada generación. "Mientras la selección natural suprime de forma activa las mutaciones en el ADNmt que debilitan a las hembras, no hay mecanismo para eliminar las mutaciones que debilitan a los machos: situación que conduce a la "maldición de la madre". Y restablece el balance a favor de las hembras porque no son sustituibles: si un hombre muere sin descendencia, ¿para qué son los amigos?</p>
<p class="texto">Biólogos de la Universidad Vanderbilt y del Fred Hutchinson Cancer Research Centre con Maulik Patel al frente afirman: "Nuestro estudio es el primero en buscar de manera exhaustiva los posibles efectos de ADNmt en hembras dañinos para el macho y tuvimos la suerte de encontrar un mutante con impacto negativo en la prole masculina sin tener efectos adversos en la descendencia femenina".</p>
<p class="texto">La "maldición materna" es una las más extrañas consecuencias de la selección natural a causa de la competencia entre el ADN nuclear y el ADN mitocondrial.</p>
<p class="texto">Medalla BELISARIO DOMÍNGUEZ 2016 para Gonzalo Rivas Cámara, que salvó cientos de vidas a costa de la suya: #BelisarioParaGonzaloRivas.</p>
<p class="texto"> </p>eltemibledanihttp://www.blogger.com/profile/12608542458574376036noreply@blogger.com0